Gustavo Petro, presidente de Colombia y más conocido por sus múltiples vicios, su pasado terrorista y su tendencia a crear escándalos y conflictos, busca generar una tensión peligrosa en la frontera con Perú. Ahora cuestiona la soberanía peruana sobre la isla Santa Rosa, en la triple frontera amazónica.
Martha Meier M.Q.
Imaginemos que un general estadounidense, condecorado por combatir a Osama Ben Laden y Al Qaeda, es enjuiciado por una corte supranacional ubicada en un paisito tropical. Ese héroe es condenado por el daño colateral de un bombardeo, donde él perdió las piernas. Alucinemos que esa corte sentencia a los Estados Unidos a indemnizar a las familias de los terroristas, sin derecho a apelación.
Cuando la política —ese arte tan devaluado por los slogans— lo invade todo y hace desagradable la vida, vale la pena volver a la poesía para limpiar el espíritu y recobrar la energía que esta gente nos drena.
La palabra impresa tiene peso, el de su soporte de papel; huele a la tinta que la inmortalizó; no se le puede mover con un dedo. Nada la interrumpe ni la cubre.
En un país donde la élite está podrida y ha dado el peor ejemplo con el caso Lava Jato, ¿qué podemos esperar de nuestras pasajeras autoridades? Hay historias del poder inmutable y fáctico que parecen contadas por una mosca sobre el guano.
La izquierda no soporta dos cosas: el bienestar de los menos favorecidos y el progreso, por eso ahora aparece un coro de comunistas y caviares a tratar de destruir el tren donado a Lima por gestiones del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, un hombre de derechas.
A José Miguel Castro lo mataron dos veces. La primera, en el baño de su departamento en Miraflores, donde fue hallado con un corte de catorce centímetros en el cuello, imposible de ser realizado por mano propia. La segunda, cuando su historia empezó a desaparecer de los medios con la precisión de un crimen premeditado, de un olvido deliberado.
El Perú enfrenta hoy una agresión geopolítica silenciosa. China, a través de su modelo de neocolonialismo económico, y Brasil, bajo el liderazgo populista y ambicioso de Lula da Silva, han comenzado a trazar un corredor bioceánico que uniría el Atlántico con el Pacífico, cruzando la Amazonía peruana sin siquiera consultar a nuestro país, como si fuéramos un papel en blanco.
En pleno siglo XXI, el Perú vive una fiebre del oro sin Estado, sin ley, contaminante y peligrosa. Esa historia está en los libros porque no es nueva, ocurrió en otro siglo, en otra tierra y en otro idioma.
Hay errores que se pagan caro, y otros, como elegir mal en las urnas o dividirse frente al enemigo socialista, que se pagan con la historia. Nuestro país no necesita más candidatos, sino estadistas. No más discursos de guerra, sino de unidad en torno a principios democráticos y de libre mercado.
El economista José Miguel Castro, mano derecha de Susana Villarán, no se suicidó: lo ajusticiaron. Quienes sostienen lo contrario encubren a una red criminal transnacional y protegen a fiscales ineficaces del caso Lava Jato.
En un hecho teatral, la fiscal suprema Delia Espinoza encabezó una vigilia con velas en las instalaciones del Ministerio Público, en protesta por la reincorporación de Patricia Benavides como fiscal de la Nación, ordenada por la Junta Nacional de Justicia (JNJ).
Cuando todo parece carecer de sentido, y de la boca de tantos brotan palabras como escorpiones, desde sus corazones, con un veneno antiguo que susurra solo mentiras. Y vemos al mal arrastrarse —silencioso, astuto— para evitar que le pongamos el pie encima, como lo hizo la Virgen cuando aplastó al maligno disfrazado de serpiente.
El Papa Juan Pablo II fue un firme defensor de la libertad y de la verdad que nos alertó sobre los peligros de la ‘teología de la liberación’, una corriente que, en nombre de los pobres, introdujo el marxismo con la coartada del servicio del Evangelio.
En la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi, los hebreos esclavizados en Babilonia cantan con nostalgia: “Va, pensiero, sull’ali dorate / Va, ti posa sui clivi, sui colli…” (Vuela, pensamiento, en alas doradas / posándote en colinas y montañas…).
En el Perú y el resto del mundo, las instituciones democráticas han perdido credibilidad. El modelo de democracia representativa parece ya desgastado. Esto desde que un nuevo actor modificó el ecosistema político: las redes sociales, algunas con influencers con más seguidores que muchos partidos.
La confrontación y tensiones históricas entre Israel e Irán pasó del conflicto latente a la guerra declarada. El jueves, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ejecutaron la operación León Ascendente, una ofensiva preventiva de precisión quirúrgica contra instalaciones nucleares y mandos militares de alto rango en Irán.