El fútbol y los distintos actores que se movilizan a su alrededor han proporcionado al habla popular expresiones únicas e inolvidables cuyo uso trascendió los límites del deporte rey.
César Campos R.
Periodista Profesional y colegiado, egresado de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Con más de 35 años de experiencia como director y editor de diversas publicaciones nacionales, director y productor de programas radiales y de TV.
La última encuesta de Datum que incluye un simulacro de votación favorable a Pedro Castillo, trae otros indicadores importantes a tomarse en cuenta. Uno es la consulta respecto a si el abrazo de reconciliación entre Keiko y su hermano Kenji Fujimori frente al penal de Santa Mónica fue sincero. Un 70 por ciento no lo vio así y consideró más bien que fue una estrategia de campaña.
Cada proceso electoral de los últimos 15 años, me detengo a examinar qué correspondencia existe entre el decálogo de once principios sobre la técnica del manejo de masas elaborado por ese personaje siniestro y retorcido llamado Joseph Goebbels (ministro de Propaganda del régimen nazi y fanático de Adolfo Hitler) y la plataforma de campaña de nuestros candidatos.
Si hubiera una revisión sosegada de las dos campañas electorales generales precedentes a la actual, en las cuales también participó Keiko Fujimori llegando a la segunda vuelta, muchos hallarían un factor común que hizo quemar el pan del triunfo a la candidata de Fuerza Popular en la puerta del horno: la actuación polémica (grado mínimo) o deplorable (grado máximo) de una tercera persona ligada
En su ensayo “La civilización del espectáculo”, Mario Vargas Llosa reproduce una cita de Octavio Paz sobre el carácter efímero, presentista de las acciones (“más bien simulacros”, acota nuestro Nobel de Literatura) de los políticos contemporáneos: “la civilización del espectáculo es cruel. Los espectadores no tienen memoria; por esto, tampoco tienen remordimientos ni verdadera conciencia.
En el tráfago de propuestas gubernamentales, una que no podrán esquivar Pedro Castillo ni Keiko Fujimori es el llamado “aborto terapéutico” o “aborto seguro”, política de salud pública consagrada en la normatividad peruana y que, además, forma parte de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, reconocidos a nivel mundial.
El ancho campo de la opinología, luego de conocidos los resultados de las elecciones en primera vuelta, ha volcado balances de toda índole que –como siempre – obliga a separar la paja del trigo.
El Perú multiempleo, mil oficios, chambeador trashumante y sin horario, es un segmento social interesantísimo. Sus versiones rural y urbana poseen singularidades extraordinarias que han merecido incluso estudios académicos internacionales, apalancando el crédito emprendedor de nuestra patria.
A una semana de las elecciones generales, las cartas echadas en la mesa del oscurísimo panorama político peruano ya no tienen vuelta. Lo hecho o deshecho por cada uno de los 18 candidatos presidenciales y sus respectivas listas parlamentarias, camina hacia el destino inexcusable que el trazo de sus campañas les depara.
Me impresiona el casi nulo debate acerca del reportaje propalado por Cuarto Poder de América TV el 14 de marzo, el cual da cuenta que, en los últimos dos años, nueve líderes indígenas fueron asesinados por defender los territorios de sus comunidades, en la zona fronteriza de las regiones de Ucayali, Huánuco y Pasco.
La Asociación de Periodistas de la República Argentina (APeRA) y la Red Mundial de Periodistas de Habla Hispana tuvo a bien realizar, el pasado lunes 15, una videoconferencia donde se abordó el tema “¿Cómo combatir las fake news en campañas electorales?”.
La polémica iniciada desde el gobierno en torno a la efectividad de la vacuna Sinopharm, luego de las revelaciones hechas por el programa televisivo de Beto Ortiz, abre una vista casi panorámica del modelo comunicacional adoptado por la administración de Francisco Sagasti que no precisamente constituye un ejemplo asertivo y valioso.
Este jueves 11 nos colocamos exactamente a un mes de la fecha prevista para las elecciones generales. El proceso de decantación de opciones tiene hoy más certeza con la decisión del Jurado Nacional de Elecciones, desvirtuando las resoluciones de exclusión que tomó el Jurado Especial contra George Forsyth, Rafael López-Aliaga y Ciro Gálvez.
Que recuerde, desde que volvimos a la arista democrática del voto popular en 1978 con la Asamblea Constituyente, ninguno de los procesos electorales posteriores tuvo grandes sombras de duda hasta la malhadada re reelección de Alberto Fujimori el año 2000.
No hay político, académico, empresario o investigador en el Perú que no aluda a nuestro infame déficit en ciencia, tecnología e innovación. Martín Vizcarra era uno de ellos y proclamaba su compromiso con el apoyo estatal a estos ítems.
Por supuesto que la indignación y el cúmulo de pruebas relativas a su baja estofa moral provoca abordar en esta columna el caso de Martín Vizcarra y la maniobra palaciega que lo hizo inmunizarse junto a su esposa contra la covid-19, durante el periodo más nefasto de su gestión gubernamental donde el Perú encabezaba las peores estadísticas mundiales en el combate al virus.
No creo útil extender el debate sobre fechas más o menos para el arribo de las vacunas contra la covid-19, el volumen de las mismas ni su secuencia de ingreso al circuito sanitario del país.
La esperada como repudiada nueva cuarentena dispuesta por el gobierno de Francisco Sagasti acarrea diversos impactos que han venido siendo analizados desde su anuncio. El primero de todos, la duda sobre su efectividad pues por más maquillaje o matices introducidos respecto a la anterior experiencia marzo-junio 2020, es otro encierro.