El ambiente electoral está tan frío como el clima. Son pocos los peruanos que estén definiendo ya sus preferencias, aunque los hay. Sabido es que los comicios cobran interés a inicios del próximo año; falta mucho pan por rebanar. La mayoría está en otros temas, principalmente la falta de seguridad y la estrechez económica.
Mariella Balbi
Que el gobierno de Dina Boluarte es frágil como una hoja en la tormenta, no cabe duda. Un sector político (bancadas congresales, Fiscalía, Poder Judicial) y medios de comunicación la han puesto en la mira y apuntan a su vacancia con frenesí y enorme pasión, obnubilándose. Se ve y las campañas pueden identificarse claramente. Pero el régimen pone bastante de su parte.
Que el gobierno de Dina Boluarte es frágil como una hoja en la tormenta, no cabe duda. Un sector político (bancadas congresales, Fiscalía, Poder Judicial) y medios de comunicación la han puesto en la mira y apuntan a su vacancia con frenesí y enorme pasión, obnubilándose. Se ve y las campañas pueden identificarse claramente. Pero el régimen pone bastante de su parte.
Con gran realismo, el ministro del Interior, Carlos Malaver, el octavo en este gobierno, declaró días atrás que el desborde criminal que vivimos recuerda a la violenta época de Sendero Luminoso. A la subversión la derrotamos, pero fue muy cruento y le restó al Perú vidas y crecimiento económico.
Si miramos nuestra historia, veremos que siempre ha habido rebeliones, luchas intestinas disputando el poder. Pero el periodo republicano ha sido el más intenso, golpes de Estado, inestabilidad y polarización por doquier. Aún no se analiza con la frialdad necesaria lo traumático que fue el gobierno de Pedro Castillo.
Recientemente murieron 7 personas por recibir suero adulterado del laboratorio Medifarma. Este hecho nos horrorizó, creando desconfianza en la ciencia médica. Son millones de litros de suero los que se administran diariamente en nuestros centros de salud. Quien esto escribe es hija de un gran médico, conocedor del tema de medicamentos.
La reciente prohibición de circular dos personas en moto para frenar los ataques delincuenciales resultó ineficaz. Los últimos asesinatos y balaceras han ocurrido bajo esta modalidad. El Ejecutivo tiene que revisar su medida. Pero el desborde criminal que padecemos se debe a varios factores; uno de los más importantes es la falta de sinergia entre la Fiscalía de la Nación y la Policía.
Luego de la condena por lavado de activos contra la expareja presidencial Ollanta Humala Tasso —en prisión— y Nadine Heredia Alarcón —asilada en Brasil—, se armó una enorme discusión sobre si el delito aplicado era el pertinente. El fallo de la Sala Superior indica que para las campañas electorales del 2006 recibieron dinero sucio de Venezuela y del 2011, de la corrupta brasileña Odebrecht.
Cuando gobernaba Ollanta Humala, su esposa, Nadine Heredia, fungía de mandamás. Frente a precoces movidas electorales de la siempre arribista Heredia, el presidente Alan García, político agudo, inteligente y gran conocedor del Perú, creó el certero mote: la reelección conyugal. Se tiró abajo el proyecto de la ambiciosa y corrupta pareja presidencial.
Indigna, decepciona, angustia y provoca desazón escribir una vez más sobre el comprobado desastre que es la Fiscalía de la Nación (FN). También que, pese a ello, esa institución, pilar de la democracia y del equilibrio de poderes, sea solventada con nuestros impuestos. La situación contribuye a la anarquía social.
Mientras que Junta Nacional de Justicia (JNJ) abrió proceso disciplinario a la presidenta del Poder Judicial por aplicar una ley no vigente, hecho grave, y la Fiscal de la Nación ha sido denunciada por el ministro del Interior ante la JNJ por filtrar a la prensa información sobre sus casos, en la vida cotidiana el ciudadano sufre también la infracción de la ley.
La denuncia del congresista Fernando Rospigliosi sobre la compra hecha por la DINI de equipos de inteligencia sobrevalorados rindió fruto. Iván Kamisaki, quien estaba a cargo de este espinoso asunto, fue destituido. El cuestionamiento a Kamisaki es antiguo.
Probablemente, solo un porcentaje mínimo de la población electoral sepa que hay 41 partidos inscritos para participar en los comicios del 2026. Tampoco, que pueden ser más. Con ese guarismo, haremos, una vez más, un papelón mundial que se sumará a los ya conocidos. Perú se convirtió en un país errático. La mano del ‘Lagarto Vizcarra’ está detrás de este desmadre electoral.
El llamado ‘Caso Cocteles’ se refiere a los aportes de campaña que recibió el fujimorismo en los años 2011 y 2016. Según el desequilibrado fiscal Pérez, a cargo de la investigación, esas donaciones provienen de dinero ilícito, imputándoles a Keiko Fujimori y a 32 personas los delitos de lavado de activos y organización criminal.
Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico, reza el acertado dicho. Le cae como anillo al dedo a Iván Julio Kamisaki Sotomayor, de 65 años. La trayectoria de este capitán en retiro de la Policía Nacional, experto en espionaje electrónico, constituye un caso de Ripley y de estupidez nacional, lamentablemente.
Mientras que los demócratas venezolanos dan el ejemplo al mundo entero de lo que es convicción, tenacidad, dignidad e inteligencia política, nuestro Congreso anda sumido en el mayor descrédito, totalmente ajeno a la causa de Venezuela o a abordar el tramposo acuerdo firmado con Odebrecht por los fiscales Vela y Pérez.
Para el horóscopo chino, este será el año de la serpiente de madera, augura un período de mucha transformación. Será muy activo, con cambios profundos y oportunidades para quienes se adapten a ellos y busquen crecer personalmente. La marea viene; quien se resista a esta no se desarrollará, en concreto, no le irá bien. Como para tomarlo en cuenta.
Sabíamos que tanto los procuradores de ese entonces, Jorge Cubas, Silvana Carrión y los inefables fiscales Rafael Vela y José Pérez nos habían echado a las fauces de la corrupta ODEBRECHT. Cada vez que se les preguntaba por el acuerdo firmado por la empresa brasileña y las autoridades judiciales peruanas se enredaban en galimatías y soltaban medias verdades.