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Hugo Guerra

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Aún no se puede cantar victoria, pero es indudable que la caviarada está sufriendo duros golpes políticos que deben ser celebrados por un sistema democrático que fue parasitado por la izquierda radical y la progresista a partir del año 2000.

Hace dos años encarcelamos a Pedro Castillo Terrones, pero su estúpido golpe de Estado fue solo el detonante. Lo que de verdad ocurrió es que, por cuarta vez, el Perú derrotó al comunismo.

La CADE 2024 ha terminado intrascendente; no por la calidad de sus conversatorios, y tampoco por el irrelevante desplante de Dina, sino por la actitud sempiterna de aquellos ejecutivos que se sientan como el buey a lamerse sus heridas, en vez de protestar activamente contra la calamitosa gestión gubernamental.

Es una aberración jurídica y un imperdonable acto de antisemitismo que la Corte Penal Internacional haya emitido órdenes de detención contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el exministro de Defensa Yoav Gallant por supuestos “motivos razonables” para creer que son responsables penalmente de crímenes de guerra como “la inanición como método” y “los crímenes de lesa humanidad

La Cumbre de APEC en Lima ha sido un éxito rotundo, no solo como organización, sino, sobre todo, como gestión de política exterior que le devuelve al Perú una posición de expectante liderazgo económico mundial.

El impresionante triunfo electoral del presidente Donald Trump se inscribe en el auge progresivo del conservadurismo internacional y abre un tiempo nuevo para la instauración de gobiernos de derecha en lo que constituye la nueva revolución política mundial.

En noviembre de 2008, contribuí, a órdenes del vicealmirante Luis Giampietri, a la organización de la vigésima reunión anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). El trabajo fue extenuante, pero absolutamente exitoso, sobre todo en el plano de la seguridad para los líderes de las economías más poderosas del mundo.

Adicionalmente a la crisis real que supone tener un gobierno que va a la deriva en el tema de la inseguridad ciudadana, el Perú es hoy centro de una conspiración interna y extranjera que pretende atentar contra la inauguración del megapuerto de Chancay y la realización de la cumbre del APEC en Lima.

El Perú se ha convertido en una República esquizofrénica, vive en dos realidades paralelas sin tener conciencia de la crisis que lo agobia.

Nuestras Fuerzas Armadas nuevamente están bajo ataque por desconocimiento de la historia, incomprensión institucional, ideología y odio. Se multiplican, así, las “objeciones” a la decisión gubernamental de, por fin, renovar la flotilla aérea con la compra de unos 24 aviones de nueva generación para la FAP, instituto largamente postergado y maltratado con equipos obsoletos.

El mundo tiene que hacer un acto de contrición y embarcarse en un activo propósito de enmienda para respaldar al pueblo hebreo, abjurando de la perversa ola de antisemitismo que se ha instalado en gran parte del planeta.

Basta ya de cobardía. Las explicaciones oficiales sobre la crisis de la inseguridad ciudadana que nos desborda son solo excusas políticas inservibles. Y las medidas de emergencia adoptadas resultan apenas paliativos, una vez más destinados al fracaso.

El globalismo defiende la nueva estrategia de dominación de los países industriales, que es la globalización; enaltece el fundamentalismo del mercado, exalta la libertad de comercio, brega por el abatimiento de las barreras arancelarias, impulsa el flujo libre de los factores de la producción –excepción hecha de la mano de obra, a la que somete a muchas restricciones, incluso racistas–, propugn

La muerte de Alberto Fujimori reabre una pregunta crucial para la historia y el futuro del Perú: ¿Es realmente necesaria la ‘mano dura’ para el buen gobierno de nuestra patria?

Debemos actuar con urgencia para afrontar una literal avalancha migratoria en los frentes norte y sur. Ya están llegando a nuestro territorio una nueva ola de venezolanos en condición irregular y un contingente enorme de bolivianos que migran sin orden ni concierto.

Los demócratas alrededor del mundo tenemos que repudiar y combatir la ola de represión y censura de la libertad de expresión que está afectando a la sociedad occidental.

Es urgente manifestar nuestra plena solidaridad y denunciar el atentado contra la libertad de prensa ante la persecución política y el acoso fiscal contra los periodistas de Contra Corriente de Willax Televisión, encabezados por su director Carlos Paredes y el conductor Augusto Thorndike.

La alta curia católica de la Conferencia Episcopal (CEP) y los máximos representantes de las FF.AA., representados por la Asociación de Oficiales Generales (ADOGEN), han cruzado sables ideológicos y morales.

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