Estamos en guerra con un enemigo invisible al que no terminamos de conocer, nadie esperaba un virus que cerrara fronteras y confinara a todos en su casa, pero lo más grave es la falta de estandarización de las medidas adoptadas por los países.
Madeleine Osterling
Necesitamos una piedra de Rosetta para descifrar la ininteligible necesidad de papel higiénico en estos momentos de crisis; se ha convertido en la imagen emblemática de un espiral mundial de pánico y confusión.
Si el gobierno hubiera podido encontrar en el Covid-19 algún elemento susceptible de explotación propagandística, cierta vía para acentuar su práctica populista, Martín Vizcarra hubiera asumido, rápidamente, el liderazgo de la crisis recogiendo favores ciudadanos.
El PDAC no solo es la feria minera más grande del mundo sino el escenario más gratificante para un peruano. Nos recuerdan que vivimos en un lugar privilegiado: próspero, estable y ganador. Brillamos en el firmamento latinoamericano (lo cual no es difícil), pero desafortunadamente esas frías cifras no reflejan lo complicado que es hacer negocios en nuestro país.
Los corifeos no desentonan, se turnan, consistentemente, para conseguir la gracia del “altísimo”. No desmayan en demostrar que Martín Vizcarra es imbatible en las encuestas, siempre muy por encima de su gabinete y, sin querer, confirman que lo único que no retrocede en el Perú es su envidiada popularidad.
La doctrina goebbeliana de desinformación y manipulación ha acompañado a este gobierno desde el primer día, es su forma de hacer política.
¡Inexplicables! No hay otro calificativo para los resultados de la encuesta de Datum publicada por Peru21 el lunes pasado, salvo que nos atrevamos a conjugar algunas perversas variables como ciego fanatismo, la manipulación mediática y nuestro promedio de IQ de 85, lamentablemente por debajo de Bolivia y Ecuador.
“Los resultados económicos van a ser muy superiores en este 2020”. El optimismo desenfrenado de Martin Vizcarra es un salto al vacío. ¿Por qué inventa? No se están creando condiciones reales para que mejore la economía, su obsesión se reduce a la reforma política y judicial.
Desafortunadamente la gente en nuestro país es más pobre de lo que tenemos capacidad de imaginar. Si revisamos el último informe del INEI, más del 20% de la población es paupérrima, vive con menos de S/ 344 al mes, utiliza leña, carbón, bosta o algún medio contaminante para cocinar. Sus viviendas tienen techo de calamina, cartón o materiales de desecho, y piso de tierra.
“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”, Cicerón, orador y político romano.
Estamos mal y a las autoridades les cuesta aceptarlo. No estoy en #modo drama, basta conocer las noticias de los pocos medios serios que aún quedan, y observar la calle. Por ello, no acepto que el BCR salga a decir que la economía tendrá una GRAN recuperación este verano, impulsada por la puesta en marcha de las obras de ampliación de Toquepala.
“Entonces pregunta el ciego de la venda negra: ¿Cuántos ciegos serán precisos para hacer una ceguera? Nadie le supo responder” (Saramago, Ensayo sobre la ceguera). La gran mayoría no tiene la más parda idea de por quién votar y tampoco les preocupa mucho.
Se comprueba, una vez más, que en el Perú solo se actúa bajo presión, susto o amenaza. ¡La desidia es desgastante! Por fin, el Ejecutivo decidió ponerle una dosis de racionalidad al desastroso proceso de Reconstrucción y ha aprobado un DU que permite realizar convenios de Gobierno a Gobierno.
Dramático informe sobre la Costa Verde publicado en LR este último domingo, evidentemente en la página 22 y sin mayor rebote, porque la obsesión por Keiko Fujimori siempre ocupa las portadas y espacios principales de los medios; nada es más importante en el país, ad portas del Bicentenario.
Y termina el funesto 2019 pero no se lleva nuestro mayor problema, no limpia el horizonte, seguimos enquistados con este gobierno y su profunda incompetencia. Nada bueno se avizora para el próximo año, a pesar de las proyecciones de la mayoría de analistas, que llevan el optimismo en el ADN porque les toca vender y seguir haciendo negocios.
Los partidos políticos, que técnicamente constituyen el eslabón principal a través del cual las democracias agregan las demandas y las transforman en decisiones colectivas, están muy desprestigiados. Las próximas elecciones demuestran los frágiles que son, incapaces de presentar listas con candidatos intachables, representativos y unidos por una ideología común.
Me intriga saber por qué a Elena Conterno, presidenta de IPAE y de quien tengo la mejor opinión, le ha gustado el discurso de Vizcarra en CADE (El Comercio 1/12).
El ¿iluso? Vicente Zeballos sostiene que la opinión de tres clasificadoras de riesgo del exterior y la colocación de 10 mil millones de soles en bonos son dos factores determinantes para concluir que la economía peruana está bien. “No tan bien como quisiéramos, (…) pero estamos haciendo esfuerzos para que nuestra perspectiva económica se mantenga sólida” (Perú21, domingo 24/11/2019).