Recuperada la Democracia del socialismo radical, los politólogos deberán adelantarse esbozando los posibles escenarios y discursos a desarrollar por los que, sí o sí, intentarán tomar el poder en abril de 2026.
Mario Núñez
Un ciudadano disfrazado del Chapulín Colorado, a consecuencia de la inacción del gobierno regional, provincial y distrital, hace noticia al parchar enormes baches en vías trujillanas, ganándose algunas monedas y el agradecimiento de la población. Pero, ¿será que este carismático superhéroe nos podrá también salvar de los marcas, sicarios, raqueteros y de los virulentos limpiaparabrisas?
Cómo se explica que Xi Jinping se esté asegurando su tercer mandato, se preguntan muchos. Para entenderlo, lo primero es conocer que, en China, el verdadero poder sólo existirá si se tienen en una sola mano las jefaturas del Partido Comunista Chino y la del Ejército Popular de Liberación; esta segunda como la rama militar del Partido Comunista de China.
Llama la atención que, en la actual coyuntura política peruana, las voces exaltadas que reivindican a ultranza al caído régimen de Castillo, califiquen de fascista al gobierno de Dina Boluarte. Veamos si eso es cierto, o más bien lo contrario.
He conversado con jóvenes que, activa y decididamente, apoyan las protestas; como también conversé con los que lo hacen desde la lejana comodidad de su fanfarrona retórica. En ambos casos concluyo que serían diversas sus razones y motivaciones.
Coincidamos Quijotes que, ahora sabemos por qué, en las protestas sociales de 2022, para la vacancia y la renuncia de Castillo, los jóvenes no estaban presentes.
El Estado peruano tiene el monopolio del uso de la fuerza para asegurar la paz, el orden público y hacer cumplir la Ley; para ello, las FF.AA. y la PNP, legalmente, se le subordinan. En una república la ciudadanía no gobierna; menos las minorías.
Con mucho esfuerzo se rescató al Estado de las manos del totalitarismo comunista chicha, al que no le costó mucho obtenerla.
Subsisten, en gran medida, las taras sociales de las que, en 1928, dio cuenta el amauta José Carlos Mariátegui con su obra Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana.
Poco es el tiempo que resta de la extendida legislatura ordinaria, en la que deberán discutirse y aprobarse las reformas constitucionales, reformas del sistema electoral y del sistema de partidos políticos, reformas que, algunas, irían en contra del statu quo e intereses de propietarios de partidos políticos.
Ahora, el expresidente deberá enfrentar a la Justicia como todos, como el ciudadano Castillo. La sucesión presidencial ya se dio, nos guste o no.
De los 24 aptos para las elecciones generales de 2021, diez lograron representación congresal, siete abiertamente blindan al presidente Pedro Castillo contra todo intento de vacarlo, suspenderlo o inhabilitarlo.
Omar Gonzales, en “La crisis de los partidos peruanos. Apuntes para una lectura socio-histórica”, a finales del siglo pasado, dejó constancia de la acelerada baja participación de los partidos políticos en las elecciones presidenciales, siendo cada vez menos su capacidad de alinear sus objetivos con las necesidades sociales.
Fijémonos. Por un lado, el Gobierno ha instalado, en el imaginario de una parte de la sociedad, el discurso del Congreso golpista. Además, aguzados periodistas y analistas políticos sostienen que el Congreso opositor no consigue los votos suficientes para vacar, suspender o inhabilitar a Castillo. Analicemos si existe o no un Congreso golpista.
Quijotes, se requieren 44 votos para impedir la vacancia presidencial; en esto radica el dilema, nada más. Haga lo que se haga, nunca prosperará la vacancia de Pedro Castillo porque cuenta con el blindaje de la sólida minoría congresal y la subrepticia alianza con los Niños Delincuentes del Congreso.
Quijotes, tan sólo en cuatro días, nuevamente, premiaremos con el triunfo electoral a los que, disfrazados de políticos, hasta 2026, nos robarán desde alcaldías y gobiernos regionales. A nivel nacional, los festejos, los triunfos adelantados se vienen dando cual fiestas patronales, con presupuestos mayores a las de los matrimonios huancaínos.
Castillo demuestra, en cada acto que ejecuta, que no cavila, planifica, menos lo sopesa; simplemente, él y la banda de improvisados delincuentes que conforman su núcleo, actúan reactivamente sin medir las consecuencias; y, si las hubiera, no les importan. ¿Hasta cuándo sucederá esto sin que la ciudadanía reaccione?
De los que depende nos libremos de este gobierno corrupto, están sometidos a los mandatos de una corrupta élite de delincuentes disfrazados de políticos. Los congresistas de todos los partidos (sin exclusión alguna) votan en consonancia de sus propios intereses, pero, sobre todo, el de sus patrones.
Frase célebre creada, acuñada y utilizada por el cuestionado expresidente Alan García, la que pareciera habérsela apropiado el presidente Castillo para burlarse de los peruanos ante el huaico de indicios, evidencias, denuncias e investigaciones en su contra, por los múltiples delitos del que se le acusa; los cuales serán materia de severas condenas en su contra todavía al largo plazo; de tal ma