Martha Meier M.Q.

La Junta Nacional de Justicia, JNJ, tiene su pitonisa, su viajera en el tiempo.

Hoy vivimos un tiempo donde los gestos tiernos de la abuela o el reconfortante contacto de la mano materna en momentos difíciles han sido desplazados por la omnipresencia de un simple aparato por el que la mayoría ha desarrollado una adicción preocupante.

Corría el año de 1854 cuando en Londres brotó el cólera. Ante la creciente epidemia, el médico John Snow usó un mapa de la ciudad para marcar las ubicaciones de los casos. Al analizar su mapeo notó que la mayoría de enfermos se concentraban cerca de una bomba de agua en Broad Street (hoy Broadwick Street) en el distrito de Soho.

Nada puede salir bien si una reunión para frenar el cambio climático se realiza en una de las mayores zonas petroleras del planeta. Menos cuando se le pregunta a una de nuestras lumbreras del congreso, bien modosita ella y de olvidable nombre, que asistirá a esa reunión –ya debe estar allá, más perdida que Pulgarcito–, no supiese que significaban las siglas COP ni de qué trataría la cita.

Henry Kissinger, el distinguido diplomático nacido en Bavaria, Alemania, ha dejado una marca indeleble en la política y diplomacia estadounidenses, influyendo de manera notable en las relaciones exteriores, especialmente, durante las décadas de los sesenta, setenta y ochenta del siglo XX.

Una respuesta que le debe al Perú el equipo especial Lava Jato, con sus fiscales exhibicionistas el hoy suspendido Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez Gómez, es la ruta de la fortuna robada por Marcelito Odebrecht y su principal socio en el Perú, José Graña M.Q.

El presidente electo de Argentina, el economista liberal libertario Javier Milei, asume el timón de un país cuya economía y tejido social están devastados por décadas de políticas peronistas y kirchneristas, marcados por la hiperinflación, la corrupción y el crecimiento de la pobreza.

La “minoría bullangera” pretende imponer lo que le conviene a sus intereses, como si fuera un sentir mayoritario y verdad absoluta.
Quienes repiten gritando una estupidez, durante buen tiempo y tienen un coro que cacarea lo mismo, gana. Así de ‘inteligentes’ estamos.

El destructor de Argentina es Juan Domingo Perón. Hace casi más de setenta años, el militar apareció en la política y desencadenó la tragedia que vivió y vive. Argentina fue de los países más ricos del mundo a principios del siglo XX, hoy nada indica que saldrá de la pobreza, al menos en el siglo XXI.

El disenso garantiza la libertad, la evolución intelectual y la creatividad, en todos los ámbitos del quehacer humano. El desacuerdo entre el íntegro de las personas, empresarios o cualquier otro grupo, respecto a una idea, propuesta, opinión o decisión, es vital.

La única certeza que existe hoy en nuestro país es el acecho de tres flagelos implacables. Mientras el país se tambalea al borde del abismo económico, crece la desesperanza, la angustia y el temor.

La expansión china en el Perú es imparable. Se trata de una inmensa economía, hambrienta de nuestros recursos, especialmente de los minerales. Pronto nos dejarán tomando sopa de murciélagos y comiendo crujientes escorpiones fritos.

La corrupción privada es un secreto a voces y esta no solo afecta a las empresas y los negocios, sino que es heredada por las diversas generaciones de las mejores familias. No todos serán corruptos, pero en cada generación no faltarán de esos y, además, los brutos sobornables con su propio dinero.

Cuando a finales del siglo XVIII el suizo Jean-Paul Marat llegó a París para estudiar medicina, la Ciudad Luz vivía los albores de la Revolución, una era convulsa que se balanceaba entre la incertidumbre y la turbulencia política. En ese escenario, Marat se convirtió en un agitador de inquebrantable vocación izquierdista y en un incendiario periodista.

En su libro ‘El Colapso de Occidente’ el antropólogo e historiador Francisco Gil White sostiene que el muftí Hajj Amín al Husseini (sobre quien nos referimos la semana pasada) “jugó el doble papel de director del genocidio nazi del pueblo judío europeo, y padre del movimiento árabe palestino que hoy día disputa territorios estratégicos del Estado judío”.

La ignorancia, el prejuicio y la emoción son peligrosos como guía de las opiniones mediáticas sobre la guerra desatada por los terroristas de Hamás contra Israel, que también es contra occidente.

La izquierda internacional apoya y defiende el sangriento y organizado ataque por aire, mar y tierra perpetrado por los terroristas de Hamás a Israel. La zurda local, también, olvidando que en Israel la colonia peruana es de más de cuatro mil compatriotas, todos ellos en peligro.

El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, advirtió a sus compatriotas: “Israelíes, estamos en guerra. No se trata de una operación puntual o una escalada temporal; estamos en una guerra real”.