Cumplir sesenta años es, por decirlo con elegancia, un deporte extremo. Que nadie venga a venderme el cuento de que “la vida empieza a los sesenta” como si fuera un comercial de crema antiarrugas. No, la vida no empieza: continúa, se transforma, se encoge en tiempo, pero se ensancha en lucidez. Y sí, hay que sobrevivir a la experiencia.
Milagros Bellido Z.
Para poder arrancar con mi columna y que mis queridos boomers entiendan, comencemos por el significado de:
Baby boomers: se denomina así a las personas nacidas entre los años 1946 y 1964.
Gen Z: no, no son solo los que el domingo salieron a protestar. Es la generación nacida entre 1997 y 2012.
El Perú todavía presume de juventud. La edad promedio apenas bordea los 31 años. En nuestras calles y universidades abundan muchachos con energía, ideas frescas y hambre de futuro. Esa es, por ahora, nuestra gran ventaja frente a países como España o Japón, donde la mayoría de la población ya está jubilada o a punto de estarlo. Pero la ventaja no es eterna.
Hay una verdad incómoda que todos conocen, pero que pocos se atreven a decir en voz alta: la política, en nuestro país, se ha convertido en el club social de los mediocres. No de los visionarios, no de los intelectuales, no de los que alguna vez leyeron un libro entero sin aburrirse. No. Es el refugio de algunos que jamás destacarían en otra profesión, salvo en la de vivir del Estado.
En los últimos años, el Perú ha dado pasos importantes en materia de representación femenina, pero aún está lejos de alcanzar una verdadera igualdad política. La Ley de Paridad y Alternancia permitió que el Congreso actual tenga un 37.7 % de mujeres, la cifra más alta en nuestra historia republicana.
Tengo el privilegio de pertenecer a una de las tribus más antiguas de nuestra civilización: la compañera del guerrero, del militar. He nacido y crecido junto a mujeres valientes, inteligentes y protectoras.
Estamos a menos de dos semanas de que se venza el plazo para que los partidos políticos que participarán de la contienda electoral del 2026 hagan alianzas para participar en la elección de la plancha presidencial y los miembros de la Cámara de Diputados y Senadores.
Los avances son lentos.
El suceso acaecido el día 2 de julio pasado, en el restaurante “El Charrúa” de La Molina ha puesto en evidencia el drama moral y de salud mental que atraviesa la sociedad peruana.
A diario observamos, experimentamos o percibimos la sensación de que vivimos en un ambiente violento. Comenzando por el tráfico, un tema del cual nadie se salva.
Hace más de dos años noté una escena que, en ese momento, me pareció desconcertante: personas sin signos evidentes de desnutrición —más bien con sobrepeso— con un bebé en brazos, en cochecito o simplemente sosteniendo una receta médica, se paraban a diario en las puertas de farmacias de Miraflores y otros distritos como San Isidro.
Tu mal gusto para vestirte.
Tu tendencia al loud money style.
Tu amor por el blin blin de nuevo rico.
Tu deseo inoportuno de verte más joven y bonita.
Tu falta de clase para que te operen con canje.
Todo.
El día martes 20 del presente asistí a una conferencia organizada por la “Asociación de Oficiales Generales y Almirantes” sobre el tema de delitos de lesa humanidad, aplicada por la mafia progre que gobernó durante más de 20 años en la sombra, a nuestros victoriosos héroes de la guerra contra el terrorismo comunista en el Perú.
Hace unos días amanecimos con un déjà vu de lo que fueron los 80s en el Perú.
Un acto de terror, protagonizado por los involucrados en el millonario negocio de la extracción de oro ilegal.
En el Parlamento español, se discutía una propuesta para investigar los efectos de la menopausia y promover campañas de información. Todos los grupos políticos la apoyaron. Todos, excepto Vox, partido de derecha conservadora.
No se les mueve un pelo. Me refiero al Ministerio de la Mujer, a las ONG feministas pagadas en verdes, a la Defensoría del Pueblo ni a la representante de la Comisión de la Mujer del Congreso, que nadie conoce.
Si bien es cierto, Estados Unidos nunca ha estado interesado en el Perú como aliado estratégico, cualquier cosa que en territorio gringo suceda nos afecta.
En el ámbito político nacional, más de uno perteneciente al espectro del centro derecha ha querido ser el Milei peruano y salir en la foto con Trump.
América Latina se enfrenta a una transición demográfica sin precedentes. Para 2050, más del 25% de la población regional será mayor de 60 años, según estimaciones de la CEPAL. Sin embargo, nuestros países y la región en general no tienen mapeada la problemática.
Hace unas semanas, en una de mis escapadas a mi lugar favorito en el sur chico, me comentaron que el mall de la Foquita Farfán ya estaba abierto.
La verdad, cuando salgo de la ciudad mi último interés es ir de shopping, pero mi espíritu periodístico pudo más y fui a ver de qué se trataba.
A medida que las sociedades envejecen, el grupo “senior”, aquel entre los 60 años o más, se convierte en una parte fundamental del tejido político y social de los países. Con tiempo disponible, experiencia acumulada, una vitalidad plena y, en muchos casos, un interés renovado por el bienestar colectivo, las personas mayores están jugando un papel crucial en la política actual.