ÚLTIMA HORA
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Carlos Prado Vigil

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Nunca olvidaré la primera vez que viendo un partido de fútbol escuché por parte de uno de los comentaristas “... y eso del VAR, ¿se llegará a implementar?...” Para ser plenamente sincero, lo primero que vino a mi cabeza fue algo relacionado a un control sobre el consumo de alcohol de los jugadores (por qué será, ¿no?...jajaja).

Qué importante es que podamos darnos el tiempo de observar, poder hacer una evaluación objetiva de hechos y concluir que muchos de los momentos propios de la vida cotidiana, no es más que una oportunidad adicional para hacer negocios, creo que muchos días festivos son un gran ejemplo.

Ya hace varias semanas, el transitar por Lima nos ha vuelto a dar un sentido de normalidad importante, la misma congestión vehicular, el sentido de prisa, el comercio ambulatorio y en general todo aquello que siempre fue parte de nuestro día a día citadino ha vuelto.

A puertas de cerrar el 2020, tal vez el año más duro para muchos de nosotros, es importante que podamos ver en perspectiva cómo estamos llegando a concluirlo y encontremos la manera de tomar un último aire para concluirlo de la mejor panera posible.

A lo largo de nuestra historia podremos encontrar momentos cumbre donde el ser humano inventó o descubrió algo que cambió drásticamente el rumbo que al momento venía siguiendo, tanto así que son pequeños hechos los que terminan determinando el inicio o fin de nuestras “eras”.

Recuerdo mucho que a fines del 2017 la sensación era de algarabía total, después de 36 años, el Perú volvía a clasificarse a un mundial de fútbol.

A lo largo del presente año hemos enfrentado una serie de dificultades propias de la pandemia mundial, han sido largos meses de incertidumbre, pérdidas económicas en muchos casos irrecuperables, una acelerada y creciente tasa de desempleo y sobre todo un golpe anímico del cual debemos recuperarnos muy pronto.

Cuando hay elecciones presidenciales en nuestro país, tenemos toda nuestra atención puesta en los candidatos, en los escándalos que semana a semana nos muestra la prensa, algunos pocos realmente revisamos los planes de gobierno y siempre, siempre estamos con la sensación de “ojalá que sea el mal menor”.

A lo largo de nuestra infancia, hemos vivido muchas situaciones que al día de hoy seguimos recordando como grandes anécdotas, súper divertidas, que en cada reunión familiar o entre amigos, sigue generando risa así la hayamos contado innumerables veces.

Nuestro país ha sido testigo en los últimos 30 años de una fuga desmesurada de talento, ha sido motivo de muchos noticieros dominicales cada cierto tiempo y hemos visto cómo se han formado comunidades de peruanos en diferentes países del mundo, siendo Estados Unidos y España los principales destinos de todos aquellos que se van de nuestro país para mejores oportunidades.

En diferentes circunstancias de la vida nos enfrentamos a esa ansiedad propia de estar a puertas de lograr resultados importantes en cualquier aspecto, para ponerlo más claro, cuando estamos en una maratón y vemos la cinta de llegada, cuando estamos en pleno examen y nos damos cuenta que todas las preguntas las sabremos responder, o cuando en plena negociación sentimos que estamos llegando a la

Desde que tengo uso de razón he sido testigo de diferentes recuerdos de mi vida, compartiendo risas con mi mamá por alguna ocurrencia suya o tal vez aprendiendo algo de mi papá, que de todo siempre sacaba una enseñanza.

Son pocas las oportunidades que nos da la vida de poder sentarnos y mirar en perspectiva el tiempo, no sé a ustedes, pero este año me cambió la vida, desde aquello que no se dio, hasta lo que nunca pensé vivir y hoy ya es parte de mi historia.

Es muy curioso ver cómo cuando entramos a la universidad empezamos a definir lo que realmente nos caracterizará a nivel de perfil profesional. Si queremos tener una imagen clara, bastará con analizar el comportamiento de los alumnos en clase.

Desde que tuve la oportunidad de escribir esta columna semanal, he tratado de compartirles experiencias y aprendizajes con el único fin de aportar en vuestro desarrollo empresarial; soy un apasionado del emprendimiento y un fiel creyente de que la vida empresarial es el camino a seguir en un país lleno de oportunidades.

Es impresionante cómo los seres humanos tenemos la capacidad natural de siempre buscar progresar. Si ponemos la historia del mundo en perspectiva, notaremos que la evolución del hombre en miles de años ha sido tal que para quienes vivían en nuestro planeta en ese entonces, si viesen lo que es el mundo ahora, no lo reconocerían.

Sin importar como sea la mañana, cómo es que terminó el día anterior, lo agitada que estuvo la tarde pasada o cuánto trabajo haya aún por hacer, siempre una taza de café será bienvenida. No sé si será porque lo vi dentro de los hábitos diarios de mi madre, pero el tomar una taza de café siempre hacía que los momentos pasen mejor.

Mi padre es un empresario con poco más de 60 años, odontólogo y administrador de profesión, miembro de una numerosa familia con nada menos que 12 hermanos (de padre y madre) e innumerables primos y sobrinos.

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