ÚLTIMA HORA
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Juan Carlos Ruiz Rivas

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Resulta absurdo e insultante para la inteligencia ciudadana, que la Inspectoría General de la Policía Nacional del Perú (PNP) dedique siquiera un segundo de su vida, para evaluar el daño que podría haber causado al uniforme institucional la suboficial de tercera, Jossmery Toledo, cuando realizó un reto viral en Tik Tok portando su uniforme de trabajo.

Expresar indignación frente al triste momento que tocó vivir a las familias de Alexandra Antonella y Carlos Gabriel es ya un lugar común. Ambos eran jóvenes entusiastas que —para su mala fortuna— estuvieron en el lugar y la hora que los convirtió en protagonistas de una tragedia que enlutó al país, días previos a las fiestas navideñas.

¿Qué explicaría la vertiginosa caída en la popularidad del gobierno del presidente Vizcarra en las encuestas de opinión? ¿Por qué no suben los números si se incrementan los anuncios de inversión con inclusión social día a día? ¿Acaso tendrán razón sus detractores cuando dicen que no tiene a quién culpar de sus desaciertos en gestión?

Tras participar en la CADE 2019, mi amigo Óscar Díaz me invita a su programa de Tv, Cara y Sello, y me hace una pregunta que cae de madura: “En tu condición de experto en temas de comunicación estratégica, dinos, ¿los empresarios peruanos están invirtiendo adecuadamente en comunicación. ¿Lo hacen bien o mal?”

Preocupa que la fiscal de la Nación coordine estrechamente con el Presidente de la República en Palacio de Gobierno, horas antes de dar pasos estratégicos en su “lucha anticorrupción”. Que le permita adelantar su presentación en la CADE 2019, para no estar presente durante el segundo allanamiento a las oficinas de la Confiep.

Tuvieron que pasar casi 200 años -y estar a puertas del Bicentenario- para que el más alto representante del mercantilismo empresarial peruano hiciera un mea culpa, no sin antes justificar sus actos como una defensa patriótica frente al peligro inminente en el que nos encontrábamos los pobres e indefensos peruanos, a punto de ser devorados por el chavismo ideológico que nos convertiría en ‘zomb

¿Qué extraña razón explica la debacle que hoy sufre la popularidad del Presidente Vizcarra? ¿Cómo explicar que, tras disolver el Congreso de la República, en apenas un mes su popularidad cae 19 puntos porcentuales? De 79% a 60% (Ipsos) ¿A quién culpar?

Cometen un error quienes quieren desaparecer al fujimorismo, o lo que éste representa como movimiento en el imaginario político nacional. Sea a través de una desaparición forzosa de sus principales líderes por la vía judicial (léase la familia Fujimori), o negando el significado que sus 10 años de gobierno tuvieron para el país.

Abiertas las compuertas de la campaña electoral, para descomprimir el descontento social respecto a los evidentes límites de inclusión que tiene el modelo económico que nos permitió crecer los últimos 25 años, sin duda uno de los caballitos de batalla en esta contienda será si debe o no modificarse y/o cuánto debemos afinar el capítulo económico de la Constitución de 1993.

Veo la última versión de Joker en el cine (traducida al español como Guasón). Alabo la extraordinaria interpretación de Joaquin Phoenix. Y lamento reconocer en esa terrorífica descripción de Ciudad Gótica, una patología social similar a la nuestra.

Pierden su tiempo quienes quieren hacernos creer que los sucesos ocurridos en España, México, Ecuador y Chile forman parte de una brisa bolivariana que pondría en jaque un modelo de crecimiento “neoliberal” –como erróneamente lo llaman sus detractores.

Comete un gravísimo error el gobierno del presidente Vizcarra si pretende contrarrestar el legítimo reclamo del ciudadano Olaechea hacia el Tribunal Constitucional (TC), aludiendo usurpación de funciones en un Poder del Estado que –únicamente-- tiene bajo su mando en modo fáctico, no en modo constitucional –o al menos no en su totalidad.

La designación de la joven economista de la Universidad Pacífico, María Antonieta Alva, sin duda responde a la fuerte relación que une al Presidente Vizcarra con su padre, y al reconocimiento que muchos manifiestan sobre su trabajo -a pesar de su corta trayectoria en gestión pública- en ministerios como Educación, Desarrollo e Inclusión Social y Economía y Finanzas.

La semana pasada, el Ministerio de Educación anunció el incremento del presupuesto del Programa Nacional de Becas y Créditos Educativos (Pronabec) en más de S/ 120 millones para el año 2020. Esto duplicaría el número de becas (el 2019 se entregaron 11,452 en todas sus modalidades) para “jóvenes de escasos recursos económicos”. ¿Por qué únicamente para los pobres?

¿Qué pasaría si el Ministerio de Energía y Minas autoriza la explotación de un yacimiento de oro debajo del Golf Los Incas, ubicado en el mismísimo corazón del distrito limeño de San Isidro?

La torpeza verbal expresada por la ministra de Salud, Zulema Tomás, en conferencia de prensa, revelando que más de 1,200 niños prematuros murieron este año en los hospitales del país, pone en evidencia -una vez más- los gravísimos problemas estructurales que sufre la gestión de políticas públicas en este sector estratégico.

Si derechas e izquierdas moderadas quieren aportar al diálogo político (que hoy tendrá lugar entre el presidente Vizcarra y el presidente Olaechea en Palacio de Gobierno), tendrán que reconvertir sus estrategias de confrontación y cambiar el chip excluyente y fundamentalista que caracteriza sus narrativas actuales en discursos inclusivos y modernos.

Una Tercera Vía sí es posible. Comencemos a convertir esas voces que la proponen en una oportunidad. No significa que dejemos constreñida la furia de los peruanos que viven hartos del sistema político y del sistema judicial. Significa que encontremos una forma distinta de sublimar ese hartazgo y NO convertir nuestro malestar en mandato ciudadano.

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