“Hay que trabajar más y divertirse menos” fue una de las enseñanzas que marcaron generaciones que crecimos con historias como “Los Tres Cerditos”. El cerdo que ponía menor empeño en su casa sería de paja o palos. Por el contrario, el cerdo con mayor paciencia y esmero la haría de material sólido. Una moraleja que se traslada a nuestra personalidad y estructura moral.
Sergio Bolívar
Desde la Independencia del Perú hasta el siglo XX, nuestra historia democrática fue inestable y pendular, oscilando entre los polos represivos y demagógicos bajo el poder de militares y civiles, respectivamente. En el siglo XXI, los cinco procesos electorales y tres sucesiones presidenciales posteriores, se dieron en condiciones de estabilidad constitucional, es decir, en democracia continua.
Sin causar sorpresa, el gobierno puso en marcha la producción de falsas noticias - fake news- para proyectar a Castillo, como la triste víctima de ataques golpistas perpetrados en su contra y “de los intereses del pueblo”.
El pasado miércoles, el analista político español Román Cendoya, nos dijo que “…el Perú parece estar saliendo bien de una situación muy complicada, pero por cuestión de suerte”.
Al filo de la estrategia legal de la fiscal, el documento que acumula procesalmente en una sola carpeta las dos investigaciones contra Castillo nos ha expuesto a la pregunta ¿Qué pasará a continuación?
En Arequipa, el Ministro de Economía, Kurt Burneo, reconoció el martes pasado que el Perú ha perdido su atractivo para las inversiones. La disminución de la competitividad ha quedado demostrada con nuestro descenso al lugar 42 como destino atractivo para la inversión minera entre todos los países del mundo, según el Instituto Fraser el 2021.
Con la dedicatoria “Siete días para olvidarte”, el Congreso dejó a un lado el documento ‘Consenso por el Perú’ que fuera entregado el viernes 16 por Castillo y sus consortes ministros. La búsqueda de la “estabilidad” y la tranquilidad política había sido sólo una envoltura al paquete explosivo en contra de los inversiones privadas y derechos amparados por la Constitución Política.
“Una nueva esperanza” es el título del episodio que llevó a la fama mundial a la saga de Star Wars. El mismo título sirve para recrear lo sucedido el lunes durante la posesión al cargo de presidente del Congreso de José Williams, héroe de Chavín de Huántar.
El problema de la seguridad alimentaria afecta a más de la mitad de la población del Perú y esto va de la mano con el aumento de la pobreza, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura - FAO. Tres peruanos de cada diez son pobres en el 2021 y ellos saben que el sueño de comer bien les puede costar U$ 3.28 al día.
Un consejo de Muhammad Ali –Cassius Clay–, el más grande boxeador de todos los tiempos, que puede ser citado para inspirarnos a luchar por la Patria, “no cuentes los días (para las elecciones), haz que los días cuenten (para eliminar corruptos)”.
Con ciertos dotes clarividentes, el 24 de marzo pasado, Castillo vaticinó una “demoledora campaña” en su contra. La advertencia la dirigió al pueblo y al Congreso dejándoles como tarea no creer en mensajes y montajes de audio/videos hasta entonces inexistentes. Una vez iniciadas las investigaciones a la cuñada de Castillo, él mismo dijo “hay un tema demoledor”.
El desprestigiado Congreso, sin darnos atisbos ni esperanzas por cambiar el rumbo, mira cómodamente sentado el episodio “Solo la Fiscalía podrá salvarnos”. La sola existencia de una “super heroína” que muestra valentía contra los corruptos, debería ser suficiente para inspirar con el ejemplo a los congresistas y que estos decidan por el camino que nos saque del estancamiento.
El gobierno de Castillo dejó caer las inversiones de obras públicas en 970 millones de soles durante el primer semestre del año. Este resultado es atroz porque un Estado que no puede contratar no sirve.
En marzo pasado el Ministerio de Economía y Finanzas afrontó una cuestión crucial para el orden presupuestario con el DS 043-2022 EF, que indica que a partir del 2023 todo recurso recaudado por las entidades públicas formará parte del Tesoro Público.
Por Sergio Bolívar