Ni tonto ni víctima. Esaú Reátegui Wong utilizó su identidad, carisma y polémica presentación para ganar seguidores, fama y atención, con el objetivo de mejorar su situación económica y calidad de vida. ¿Existe algún delito en ello? Ninguno. Sin embargo, la fama, el dinero y la polémica traen consigo críticas, momentos incómodos que ponen a prueba tu inteligencia para salir victorioso.
Victoria Ccanto Buendía
Sucede algo bastante común e identificable en los socialistas que adoran generar el caos: la victimización. Después de ser temerarios, viene la carita de gato con botas y las lágrimas de derrota que, definitivamente, nadie cree. ¿Nadie le ha dicho a un socialista que un líder jamás se humilla? Un líder no llora pidiendo clemencia, no persuade con lágrimas, no se rebaja ante sus adversarios.
Las minorías tienen derechos. Luchar por lograr mejores condiciones, oportunidades laborales, y respeto social a su dignidad tiene una meta clara: el éxito. Es algo objetivo por lo cual luchar. Estoy segura que un planteamiento de esa magnitud tendría mucho mayor aceptación de diversos sectores y apoyo de posiciones críticas como la mía.
En un país en el que un sector social y político avala la intromisión en la vida privada de diversos personajes para atacar la vida pública, es necesario marcar los límites que el sensacionalismo, definitivamente, no conoce. Vamos a centrarnos en la política. ¿Por qué?
Nuestros niños siguen sin entender lo que leen y la pandemia los dejó sin entender para qué estudian. Nuestro sistema educativo es deprimente. La educación primaria y secundaria no garantizan a ningún estudiante peruano el ingreso directo a ninguna universidad, ningún futuro mejor y mucho menos mejores oportunidades.
Dina Boluarte dijo que no sería el típico discurso presidencial. Y tenía razón, no lo fue. Resultó el discurso más largo, tedioso, soporífero y poco estratégico para una mujer presidente. Tenemos que hacer un gran match con el compatriota, en una fecha muy importante, durante un año en el que hemos sido la región más popular en el mundo -ustedes pueden entenderme-.
Lo que mal inicia mal termina. Si la base de tu sembrío no está muy bien estructurada, la cosecha será un fracaso. ¡Vaya! Hay muchos patrones para ejemplificar el fracaso en diversos campos. El sistema constitucional de derecho está más vivo y fuerte que en el 2022 y las instituciones del sistema peruano continúan funcionando.
No producen, ni dejan que otros produzcan. Machu Picchu es una de las siete maravillas más visitadas a nivel mundial y es el lugar arqueológico más importante y concurrido de Perú. En el 2022, el Santuario Histórico recibió más de un millón de visitantes. Después de la pandemia manipulada, se podía ver la recuperación de la industria turística dentro del país entero.
Quien calla, otorga. Esa es una regla universal que se ha cumplido en el 99% de los casos en los que una persona acusa; y la otra parte, para evitar el escándalo, calla y acepta lo que el “afectado” reclama. En mi corta vida me he caracterizado por no callar nada, mucho menos si de dinero se trata, porque el dinero no nos cae del cielo.
¿En qué momento separamos la ideología del trabajo objetivo y pagado? En pleno mes de la marcha del “orgullo”, me asalta la genuina imagen de algunos profesores de la Pontificia Universidad Católica del Perú que, estoy segura, deben estar fraguando alguna revolución trans dentro de dicha universidad, y transmitiendo directamente su ideología LGTBI a los alumnos.
La felicidad se encuentra en momentos específicos y en detalles importantes. No es permanente. Nuestro país es un oasis de esos momentos y aquellos detalles que se juntan en algo muy poderoso: cultura. Por muchos años hemos ganado reconocimientos que nos ponen en la realeza culinaria y turística del mundo.
Una guerra en contra del progreso jamás será ganada por aquellos que desconocen y niegan, con mucha inocencia, el instinto competitivo y el desarrollo cognitivo que hemos logrado los humanos.
A los americanos les encanta salvar el mundo desde todos los ángulos y circunstancias posibles. Un botón de muestra son sus películas: el mundo amenazado por los alienígenas y sólo un valiente gringo con corazón de acero podrá lograrlo –fondo de música de guerra-. ¡Jesús! Son tan predecibles. Transformers no es la excepción. Jamás he visto una de sus películas, pero el argumento es conocido.
Una rata no puede ser una inocente ardilla, así se ponga extensiones con iluminación en la cola y dos nueces en la boca. Una ardilla jamás será sustituible. Un hombre nunca será sustituible, y una mujer mucho menos. Nosotras somos únicas.
“Lo único que puedes controlar en la vida es cómo le respondes a la vida”. Esta es la forma como he decidido vivir. Hace más de un año, tomé una serie de decisiones en mi vida. Ser, de alguna u otra forma, una persona con atención pública, te ubica en una posición de vigilancia y bastante crítica mala onda.
Melisa González Gagliuffi es la primera peruana que logra la piedad del Poder Judicial, al recibir la variación de su condena desde efectiva, es decir, en prisión, hasta su ansiada “vigilancia electrónica personal”.
Si hay un hombre en el Ministerio Público que genera pasiones en la política, ese es el fiscal José Domingo Pérez.
Puedo decir a todos los que leen esta columna cada lunes que soy una mujer sana, muy bien alimentada y no “vacunada”. Me rehusé a ser un conejillo de Indias de las poderosas farmacéuticas y del poder político y global. Viví sin miedo a ese virus creado para manipular al mundo. Estuve y estoy convencida que el miedo crónico es el peor virus para controlar tu vida y mente.