La actitud del presidente Vizcarra, de frustrar la presentación del premier ante la Comisión de Constitución para debatir los proyectos de ley para la reforma política, es una alerta y una amenaza.
Es indigno que Vizcarra haya decidido, una vez más, “pechar” al Legislativo, arrinconándolo en busca del aplauso efímero de una masa ignara, ya que está en caída libre en las encuestas.