El Perú se ha convertido en un país agónico, confundido, humillado, sin rumbo ni destino, que atraviesa sus horas más oscuras en circunstancias que la crisis económica, sanitaria y de seguridad aletea en nuestros hogares.
En ese contexto, dos hechos agravan la crisis, en la medida que son los grandes objetivos políticos del partido de Gobierno.