Trece años después de haber sido denunciada por la Fiscalía, Susana Villarán —la autodeclarada ladrona, exalcaldesa de Lima, que robó a los ciudadanos muchísimos millones de dólares— (aunque confesando que “solo” fueron once millones de dólares los que recibió de Odebrecht), el juez Jorge Chávez Tamariz publicaba el Auto de Enjuiciamiento, a efecto de (recién) dar por iniciado el juicio oral co
Luis García Miró Elguera
Finalmente, después de mucho esfuerzo —motivado indudablemente por un cúmulo de justificados destapes y denuncias aparecidas fundamentalmente en EXPRESO—, la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, ha abierto una investigación contra los fiscales Zoraida Ávalos, Rafael Vela Barba, José Domingo Pérez e, igualmente, contra la exprocuradora Silvana Carrión.
Comentábamos ayer lo que, desde el inicio de siglo —concretamente, desde la llegada a la presidencia del condenado por corrupto Alejandro Toledo— han venido haciendo los caviares en el Perú. Hablamos de debilitar social, moral y políticamente a nuestro país, en complicidad con sucesivos e infames gobernantes.
A primera hora de ayer, el presidente Donald Trump ordenó el inmediato desalojo de la infinita burocracia —impulsada por aquel socialismo woke— que, excepto aquel interregno de los primeros cuatro años de gobierno de Trump (20 de enero de 2017 al 20 de enero de 2021), ha venido gobernando la primera potencia mundial desde 2017. Primero con Barack Obama; después, Joe Biden.
De los sesenta jueces que deben formar parte de la Corte Suprema de Justicia del Perú, solo dieciséis son titulares; otros veinte la ejercen provisionalmente a través de lo que llaman “jueces supernumerarios”, que en nuestro caso suman dieciocho.
La herencia del comunismo, que llegó al poder gracias al fraude electoral consolidado por un marxista llamado Jorge Luis Salas Arenas, continúa corroyendo el Estado peruano.
La misión de las politizadas ONG que anidan en nuestro país —bajo la batuta de tipos como Gorriti, traidores a los orígenes del Perú— es hacer las veces de cómplices de inconmensurables fondos político-ideologizados extranjeros para influir en el ámbito de nuestro Poder Judicial y Ministerio Público, poniéndolos al servicio de los dueños de grandes ONG —como George Soros— que operan desde Occid
El despotismo del matarife guerrillero de las Farc –y ahora presidente de Colombia– Gustavo Petro, dejó en el más vergonzoso de los ridículos a los colombianos, tras responderle al presidente de Estados Unidos con la clásica prepotencia de quien se ha arrogado la costumbre de no hablarles –sino dispararles– a quienes no comulguen con sus usos y costumbres asesinas. El mandatario Donald J.
El impacto psicológico que ha producido el éxito obtenido por DeepSee, homólogo del ChatGPT (Inteligencia Artificial) norteamericano, puede acabar resultando más ruido que nueces.
A los voraces caviares –y a sus panegiristas, incluido el diario El Comercio y demás garrapatas mediáticas– se les acabó la mamadera.
Probablemente seamos la única nación en la tierra que permanece con el “trabajo remoto” desde aquel 30 de enero de 2020 —¡hace cinco años!—, cuando la Organización Mundial de la Salud declarara la emergencia de Salud Pública Internacional por la enfermedad del COVID-19. Condición que se mantuvo intacta hasta el 5 de mayo de 2023. ¡Desde entonces, han transcurrido cinco años!
Estados Unidos empezó a perder fuelle en Latinoamérica, fundamentalmente durante los gobiernos presididos por Barack Obama, la primera gestión de Donald Trump y la de Joe Biden. El otrora patio trasero estadounidense se convirtió en zona olvidada. Peor aún, en un área repudiada por la todavía primera potencia mundial.
Desde hace ya muchos años, la Iglesia católica atraviesa una crisis sin precedentes en su más que bimilenaria historia. Entre las más recientes está la pugna generada en torno a la Curia —más precisamente entre dos facciones de cardenales— disputando el control de El Vaticano tras el lamentable fallecimiento del irremplazable Pontífice Karol Jozef Wojtyla.
Seguimos —y continuaremos— hundiéndonos en el tercermundismo más montaraz mientras los servicios públicos sigan decayendo en calidad. La sociedad peruana de hoy es una de las más despreciadas por los gobernantes que han conducido este país desde que, a principios de siglo, la izquierda asumió el control político de esta nación.
Las ONG acaban de recibir un golpe determinante, del cual la mayor parte de ellas no conseguirá recuperarse, al menos, en los siguientes cinco años. Hasta el martes 21 de enero, el USAID era el panal de rica miel al que mil moscas (ONG) acudían, en busca de multimillonarias asignaciones para, básicamente, financiar iniciativas destructivas.
Seguimos cuesta abajo, impulsados por un manto de impunidad a prueba de todo. La gente consciente sabe lo que necesita este país para salir adelante de este letal manto de corrupción, de este turbio ambiente de desazón, de este doloroso espacio de miseria intelectual, de este mundo de atraso y desesperación. Solamente basta leer lo que está escrito en piedra desde hace mucho tiempo.
El triunfo electoral de Donald Trump es la primera luz al final del túnel, tras la terrible crisis mundial que, a lo largo de estas últimas décadas, está generando la progresía universal empeñada en transformar al planeta en un espacio de enfrentamientos sin solución.
Van dos años y medio de gobierno de Dina Boluarte, fundamentalmente signados por una desbocada inseguridad ciudadana que amenaza al pueblo las veinticuatro horas del día. Y en cada oportunidad, agrede con mayor salvajismo. Hoy en día, la vida en este país no vale nada.