En enjundioso artículo, el periodista español Román Cendoya pone en suerte al tirano de Venezuela, Nicolás Maduro, y, de paso, al expresidente español José Luis Zapatero, correveidile de Maduro.
Luis García Miró Elguera
Eventualmente retomamos casos de interés para nuestros lectores, como la manipulación humana, por gente que no cesa de insistir en imponernos doctrinas estrafalarias, fanatizada por universalizar un “nuevo catecismo mundial”. Hablamos no sólo de sentido común y de religión, sino de la doctrina humana manipulada, todo por la progresía izquierdista.
Integramos la lista de los diez países con más días feriados (16) y vacaciones (30) en el mundo, sin contar días no laborables en el sector público estúpidamente consentidos como “incentivo del turismo interno”.
Óscar Valdés Dancuart es un militar retirado, vinculado a la actividad privada comercial. Se le conoce políticamente por su desempeño como primer ministro de Ollanta Humala. Antes, fue profesor suyo en la Escuela Militar de Chorrillos. Humala lo designó ministro del Interior en el gabinete presidido por Salomón Lerner.
El viernes pasado, Argentina, Costa Rica, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Uruguay, Perú, República Dominicana y Uruguay rechazaron la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela de “convalidar” los resultados del ente electoral venezolano, después de que este prohibiera el ingreso a los voceros de la oposición para verificar el conteo de votos, aparte de n
Este desconcertante Congreso avanza y retrocede; acierta y desbarra de acuerdo al humor de su caleidoscópica configuración sociopolítica. Resulta difícil adivinar si aprobará o rechazará una buena o mala iniciativa. No es materia de principios, ni tampoco del humor del momento. ¡Es solo cuestión de intereses! La peor de las realidades.
Desde esta columna, venimos insistiendo en que el Perú no puede seguir enardeciendo el malestar ciudadano a través de un Ministerio Público corroído por intereses foráneos; representados, en este caso, por Gustavo Gorriti. Su ONG IDL está vinculada —o lo estuvo— a su par Open Society, cuyo dueño —George Soros— es un titiritero profesional en las naciones en desarrollo.
La mafia caviar persevera, salivando ante la posibilidad de hacerse nuevamente con la presidencia del país.
José Domingo Pérez Gómez acaba de sufrir una derrota judicial en su condición de infame fiscal. Ayer, “por falta de sustentación” —humillante en el ámbito jurídico—, un magistrado anuló la denuncia por “obstrucción a la justicia” que él urdió contra Keiko Fujimori y terceros, para quienes demandó treinta años de cárcel por el proceso llamado “Cócteles”.
La figura de la organización criminal sigue aplicándose abusiva y compulsivamente en nuestro país, donde los fiscales y/o los jueces reciben instrucciones de sus superiores para procesar primero –y condenar después– a todo aquel considerado enemigo personal o del poder.
¿Cuál es la razón —sobre todo, la justificación— para que los fiscales José Domingo Pérez Gómez y Rafael Vela Barba mantengan en secreto el infame pacto que firmaron, a espaldas del país, con la corrupta constructora Odebrecht?
A estas alturas, suponemos que quienes votaron por Ollanta Humala en las elecciones de 2011 –como por Pedro Castillo en 2021– saben perfectamente los riesgos en que sus votos pusieron al Perú. Comprenderán, sospechamos, que su odio inducido contra Keiko Fujimori fue el verdadero motivo que los llevó a votar por dos sujetos con antecedentes totalitarios.
El mundo, convertido en funambulista, atraviesa por un mar de problemas infestados de riesgos que van desde la extensa y agotadora guerra desatada por Rusia contra Ucrania —que tiene el respaldo de la OTAN (Estados Unidos y Europa)— hasta el, cada hora más complicado, conflicto entre Israel —apoyado por Estados Unidos— y el bloque compuesto por el mundo árabe e Irak.
Es imposible olvidar aquellos infames consejos de ministros “descentralizados” que se llevaron a cabo durante el régimen autoritario de Pedro Castillo, un presidente golpista, ágrafo y corrupto. Este fue apoyado por su infame premier, Aníbal Torres Vásquez, quien se autodeclaró comunista, siendo presidenta de la República Dina Boluarte.
Nicolás Maduro Moro repite como loro: “No entregaré el poder a la oligarquía fascista”, refiriéndose al auténtico ganador de los comicios del pasado 28 de julio, Edmundo González Urrutia, un diplomático, internacionalista, profesor y escritor que postuló por la Mesa de la Unidad Democrática, luego de que María Corina Machado fuera vetada por el impresentable Maduro.
El problema más grave que enfrenta el Perú, desde hace demasiado tiempo, es que su Ministerio Público ha sido secuestrado por la mafia caviar, dirigida por Gustavo Gorriti en complicidad con un grupo de jueces de la misma calaña. A partir de esta realidad, ¡en el Perú no existe justicia!
La política peruana atraviesa uno de sus momentos más críticos. A este paso, y con las mismas figuras de siempre liderando los partidos más votados y dominando el poder, la situación podría empeorar aún más hasta límites inimaginables. No nos sorprendería que todo se agrave conforme se acerquen las elecciones previstas para abril de 2026.
Varios meses atrás escribimos sobre la problemática del puerto de Chancay, propiedad de Cosco Shipping Ports Callao, Perú S.A., subsidiaria -en sociedad con accionistas locales, entre los que se encuentra la minera Río Pallanga- del gigantesco conglomerado chino Cosco, dedicado al rubro de operaciones marítimas alrededor del orbe.