La banda llamada Perú Libre asaltó el poder para perpetuarse. Saben que no podrán hacerlo si se alza un enemigo real, sólido, cohesionado y con una estrategia coherente. Por eso construyen escenarios, nos engañan, evalúan los posibles resultados y ejecutan todo plan útil para derribar los obstáculos en su camino a la tiranía.
Martha Meier M.Q.
Esto no es un gobierno, es un cartel de simpatizantes del narco terrorismo, o quizá parte. Esto no es un gobierno, sino un sindicato de mediocres. Esto no es un gobierno, es una tragedia para el Perú. El llamado presidente es un sombrero con pies, un personaje ficticio creado para la campaña, sin capacidad para enrumbar al país.
La progresía es responsable de la decadencia que nos rodea. Desprecian el esplendor de la civilización occidental. Son incapaces de generar un pensamiento propio capaz de insertarse en lo que ha sido el devenir de la historia social, política y económica de la humanidad.
El Perú terminará perdido porque su élite está podrida. Evo Morales se paseó por Lima y el alcalde Muñoz no se atrevió a declararlo ‘persona non grata’. María del Carmen Alva, presidente del Congreso, no dice esta boca es mía sobre la presencia del infame boliviano en nuestro territorio.
Las relaciones internacionales del Perú responden ya a los intereses del eje del mal. Héctor Béjar, alias Calixto, comunista y guerrillero de los años sesenta entrenado en Cuba y asesino de compatriotas civiles desarmados, es el encargado de abrir de par en par las puertas a la China comunista e imperialista y arrodillarnos ante los países de la órbita bolivariana.
El asesino serial Ernesto “Ché” Guevara llamaba Calixto a su amigo Héctor Béjar, hoy Canciller del gobierno de Pedro Castillo. El octogenario se las pega de referente intelectual y catedrático, esperando perdón y olvido por sus manos manchadas de sangre y su pasado de guerrillero entrenado en Cuba.
Los Morados pretenden que el Congreso deniegue la confianza al gabinete de Guido Bellido porque “no cree en la democracia, los derechos humanos, la lucha contra la corrupción y el terrorismo”. Y lo dicen quiénes nos chantaron como encargado de la presidencia a Francisco Sagasti.
La actual coyuntura debe analizarse desde la geopolítica y la infiltración cubana del G2. Vladimir Cerrón es apenas un juguetito del tenebroso G2, esos son los grandes titiriteros; lo que aquí pase o deje de pasar ha sido milimétricamente planificado por la inteligencia más sofisticada de América Latina.
Mientras Occidente vive distraído con temas como el género, los derechos LGTB y demás estupideces como si fuesen pilares democráticos, China comunista avanza comprándolo todo. Es el padrino dadivoso al que se arriman las izquierdas parásitas.
Un sector del empresariado local cava su propia fosa con entusiasmo. Creen que sus deseos son órdenes o que se harán realidad por obra y gracia del hada madrina coima, que tanta magia les hizo en el pasado. “Castillo se moderará”, afirman convencidos, como si hubiesen recibido una revelación celestial. ¿Por qué Castillo habría de moderarse?
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, calificó a la Cuba comunista como un “Estado fallido”. La vetusta tiranía caribeña ha empezado a desmoronarse tras 62 años de tiranía y empobrecimiento. Si acaso Castillo, Cerrón y su ejército de ignorantes y resentidos sociales no entienden que el modelo comunista nunca funcionó es que son muy necios o perversos, o ambos.
La tiranía podría instalarse en nuestro país. El Ministerio Público dio un avezado salto, en esa dirección, al decidir indagar a los congresistas que desacataron al Poder Judicial y no suspendieron la elección de los nuevos miembros del Tribunal Constitucional.
El fiscal José Domingo Pérez nunca pidió la incautación aunque sea un botón de José Graña M.Q., el grandísimo socio de Odebrecht y sus robos; inclusive desistió de pedir prisión preventiva y no solicitó orden de arraigo. Nada de nada.
“¿Qué coño es el pueblo? Habló el pueblo y dijo ‘mu’. El pueblo es una fantasía completamente metafísica. El conjunto de los ciudadanos no es el pueblo”, dijo el notable filósofo español Gustavo Bueno (1924-2016).
Dina Elcira Boluarte es funcionaria de Reniec y también candidata a la vicepresidencia del lápiz neo senderista. La ley orgánica electoral (LOE) es clara y la Dina no podría estar en la plancha del sindicalista Pedro Castillo, autoproclamado presidente del Bicentenario.
Ayer los patriotas salieron nuevamente a tomar pacíficamente las calles en defensa de su voto y a defender al Perú del comunismo. Los grandes ausentes de la jornada fueron quienes más pueden perder: los empresarios. ¿Creerán que los peruanos de a pie que se movilizan, tras una segunda vuelta plagada de irregularidades, darán la batalla por ellos? ¡Ja!
La narrativa del “golpismo” intenta descalificar a quienes buscan la verdad de tan mañosa segunda vuelta.
Un sector de la progresía pretende que Keiko Fujimori, representante de la democracia liberal y los valores republicanos, acepte su “derrota” previamente al pronunciamiento de los organismos electorales.