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Juan Antonio Bazán

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Odebrecht ha secuestrado a la sociedad peruana. De entrada, he ahí la hipótesis de este artículo. Se trata de un iter criminis, o camino del delito, que, a la vez, involucra a las formas y a los actores de la política y del derecho. Es más, esta transgresión es de tal magnitud que llega a cuestionar la propia gramática del Estado democrático de derecho.

La clase media emergente ha construido la república sociológica del Perú. Tal es la hipótesis de este artículo, que constituye una extensión metodológica del libro cuya ficha técnica es la siguiente: Jaime de Althaus Guarderas (2008): La revolución capitalista en el Perú. Lima: Fondo de Cultura Económica. El capitalismo surgió como una revolución, producto de inteligencia social.

Michel Walzer debería estar de acuerdo con la sexta república francesa, multicultural y tolerante. Por supuesto, me refiero al politólogo y filósofo americano, autor de un libro cuya hipótesis fundamental es que las instituciones políticas y constitucionales modelan el comportamiento, y no al creyente en las causas justas de la guerra.

El hombre peruano no es un animal político. Nuestro proceso social, de la segunda mitad del siglo veinte hacia adelante, valida el descentramiento de la política respecto del “ser” peruano. La politicidad no podía más ser dimensión totalizadora de la vida, sino que pasaba a ocupar un aspecto de ella.

Hugo Blanco fue, ante todo, el político como artista. Ha muerto, y ha pasado a la historia. Su máscara más importante y sincera fue la del indígena arguediano.

Luis Gonzales Posada ha postulado la idea de que el siglo XX peruano comienza en 1923. Estoy de acuerdo con él. No obstante, en este artículo complemento tal idea, encapsulo aquel tiempo político, y formulo la siguiente hipótesis: nuestro siglo XX, político y cultural, se inicia el 23 de mayo de 1923 y culmina el 5 de abril de 1992.

Rafael López Aliaga es (y debe seguir siendo) el Tío Porky, por la heterotopía de la política peruana. En parte, o en mucho, la identidad de este político no se define por lo que realmente es él, sino por aquello que representa la figura icónica de Porky.

¿Por qué soy un activista político y cultural? Porque asumo el imperativo moral de representar al hombre ilustrado, que ejerce públicamente su razón legítima, en defensa del hombre y de los valores de la modernidad. Immanuel Kant, en 1784, y Michel Foucault, doscientos años más tarde, se plantean la pregunta: ¿Qué es la ilustración?

¿Cómo entender a Rafael López Aliaga? Propongo comprenderlo a partir de concebir el contenido, y la legitimidad, de su personalidad política y de su discurso político como parrhesía. Él es un político que habla diferente a casi todos los demás políticos. Tanto que, a veces, su discurso parece impolítico, hasta un error político.

Los excomunistas somos insomnes, por epistemología y psicoanálisis. Como los habitantes de Macondo, desaprendemos y aprendemos, en un insomnio que nos acompañará hasta “el fin del mundo”, y de la vida. Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad, narra un pueblo pequeño y feliz, con unas cuantas casas de barro y caña brava, y unos cuantos habitantes.

La pandemia fue el más grande mecanismo de revelación del nuevo orden mundial. Hoy lo sabemos. Tal develamiento no fue del todo posible para los filósofos que participaron del primer gran debate pandémico, que se produjo en la primera parte del año 2020.

Mario Vargas Llosa ha hecho de los últimos años de su vida una obra de arte, una erótica de la vejez. De él, podemos decir que es un cuadro integral: su vida y su obra son un solo arte, como eros y ascesis. Es así: toda, o casi toda, su experiencia vital está resignificada en su literatura.

Miklos Lukacs sostiene que el hombre que se disuelve, que transiciona hacia un neo ente, constituye el centro del proyecto progresista y del debate político contemporáneo. En verdad, Lukacs ha escrito el mayor contraataque epistemológico al actual progresismo globalista. Aquí la ficha bibliográfica: Miklos Lukacs de Pereny (2022): Neo entes. Tecnología y cambio antropológico en el siglo 21.

Henry Gonzalo Rodríguez Gutti ha escrito la subjetividad de la historia de Pacasmayo. Lo hace a partir del cuidado y las técnicas del sí mismo. He aquí la ficha bibliográfica del libro: Rodríguez, H. (2021). Mi Pacasmayo que se va. Lima: Arteidea. Se trata de un libro de narrativa.

La actual coyuntura política peruana está determinada por la lógica dicotómica de la biopolítica y la psicopolítica, y por la lógica subyacente de la caviarada. Esta columna intenta organizar, por la forma y el fondo, el sentido de nuestra coyuntura política peruana. Caracterizo preliminarmente a la presente coyuntura como biopolítica, psicopolítica y de hegemonía caviar.

Christian Arbaiza Mendoza ha publicado las fuentes documentales para la historia de Pacasmayo. Realmente, es así. He aquí la ficha bibliográfica del libro más importante sobre la genealogía pacasmayina: Arbaiza, C. (2022). Memorias de Pacasmayo. Historias, relatos y noticias. Lima: Planeta.

El Perú vive una dictadura biopolítica. Los agentes, corporativos y hasta individuales, son los caviares y los médicos. Los primeros, por su relación tanática, tanto con los cuerpos de los políticos que se les oponen, como con la población en general; y, los segundos, por supuesto, por su relación salvífica con los cuerpos de los enfermos.

Ignaz Philipp Semmelweis estuvo en la primera línea de nuestros médicos y paramédicos que lucharon contra el coronavirus. Ocurrió así: todos fueron los doctores Semmelweis.

Es que los médicos como él hacen del trabajo hospitalario su propia experiencia vital. La vida, personal y académica, de este hombre ha sido resignificada, incluso, por la literatura y el cine.

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