Inicié este artículo la semana pasada, resaltando los disparates y despropósitos contenidos en el reciente informe que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió sobre la situación de los DDHH en el Perú, a partir de los hechos inmediatos a la terminación del mandato –por sus propios actos delictivos– de Pedro Castillo.
Martha Chavez
La RAE admite el vocablo “adefesiero” como un adjetivo usado en Sudamérica para referirse a quien hace o dice disparates, despropósitos o adefesios.
Nada más ruin que utilizar las necesidades básicas de las personas, peor aún de niños y mujeres, para lograr objetivos políticos.
Hace dos días llegó al Perú –extraditado desde Estados Unidos de América– Alejandro Toledo, el falso “cholo de Cabana” o “cholo sano y sagrado”, etiquetas con que él y su socia (que deberá correr la misma suerte) buscaban distraer a la opinión pública de los latrocinios que cometían desde la posición de poder que ostentaban en los años 2001 a 2006.
En la parte inicial de este artículo recordé las más que evidencias de corrupción, no solo vinculadas al caso Odebrecht sino a otras "operaciones" ocurridas mientras Alejando Toledo ocupó –desluciéndolo- el cargo de presidente de la República.
En las últimas semanas las noticias provenientes de la justicia estadounidense revelan idas y venidas en el proceso de extradición que el Perú inició –bastante tardíamente y con muy poco entusiasmo- para que el expresidente del Perú en los años 2001 a 2006, Alejandro Toledo, responda a la justicia peruana por graves actos de corrupción en los que se denuncia su participación personal y directa
El leal entusiasmo con que personas de todos los rincones del país activan insistentemente en favor de la libertad del ex presidente de la República A.
No cabe duda que la actual fiscal de la Nación, P. Benavides, hoy le resulta incómoda a muchos, sobre todo a los cómplices y defensores del golpista y mal chotano P. Castillo.
En las últimas semanas el Perú y sobre todo su gente más necesitada han sido afectados con lo que a primera vista son arremetidas de la naturaleza, provocando irreparable pérdida de vidas humanas y destrucción de viviendas, escuelas, postas médicas, carreteras, puentes, instrumentos y equipos de trabajo, en resumen, de grave daño no solo personal sino social y no solo material sino de bienestar
Muy grave –y patético– lo expresado hace unos días por la titular del Poder Ejecutivo, Dina Boluarte, y la ministra Hania Pérez de Cuéllar, resaltando la incapacidad del Estado para proteger a su población frente a los embates de la naturaleza, hoy con un fenómeno meteorológico que ha afectado severamente a las regiones peruanas del Norte, Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad y amenaza a las
Hace dos semanas recordaba que veintiocho años atrás, miembros de las Fuerzas Armadas peruanas defendieron con honor y eficiencia la integridad territorial del Perú en el Alto Cenepa, departamento de Amazonas, en uno de los escenarios más difíciles del mundo para operaciones militares, según me confió el general estadounidense Barry McCaffrey, veterano de las guerras de Vietnam y del Golfo y je
Un estudiante del curso de Derecho Constitucional en el Perú aprende, como un concepto básico, que la fuerza social potente que genera un nuevo orden constitucional a través de la creación de una Constitución Política, ya sea la primera de un Estado recién creado o las siguientes (segunda, tercera, cuarta, etc.) que como norma de mayor jerarquía van a regir en ese mismo Estado, es llamada por l
Continúo presentando las que considero causas de la crisis que el Perú ha venido atravesando, agudamente, en estos dos últimos meses.
Me quedo con la acepción que el vocablo crisis tiene en nuestro idioma, referida a “situación mala o difícil”.
No creo que exista nada más exigible a cualquier persona, en sus cabales, que hacerse cargo de las consecuencias de sus actos. Entre los actos humanos de mayor importancia, aunque muchos no tengan noción de ello, está el de elegir a las autoridades, es decir a aquella minoría de personas que por un tiempo dado tomarán decisiones en nombre y representación de la mayoría.
Según he venido insistiendo, con fundamento, en diversos artículos de esta columna, Dina Boluarte es parte del problema cuya responsabilidad mayor, aunque no exclusiva, recae en el golpista Pedro Castillo.
No cabe ninguna duda que la llamada “toma de Lima”, es una recreación –analistas recuerdan que décadas atrás ese era un objetivo de Sendero Luminoso conforme al dogma maoísta de llevar su sangrienta revolución del campo a la ciudad- de la presunta organización criminal integrada por Pedro Castillo.
Sin duda en el Perú hay muchas metas pendientes de alcanzar en materia social, pese a los importantes progresos sociales logrados en las últimas décadas gracias a las reformas estructurales implementadas en la década de los noventa.