Victoria Ccanto Buendía

La verdad nos hará libres. La verdad nos hará pisar tierra. La verdad duele, pero es necesaria. No existe verdad más grande que el saber que un socialista, izquierdista, comunista o cualquiera que se crea un “defensor del pueblo”, busca mantener al pobre con la mentalidad de pobreza. ¿Cómo?

Saber lo que hay que hacer elimina el miedo. Existe una regla básica en la vida y esa es avanzar. El miedo, la duda, la envidia, el egoísmo y el qué dirán no son opciones a contemplar. No podemos controlar lo que sucede en la vida, pero sí puedes controlar cómo respondes. He ahí la diferencia entre las personas valientes y las cobardes; entre las personas exitosas y los fracasados. ¿Cuál es?

Los peruanos estamos casi acostumbrados y bastante hartos de la burocracia inservible en el Estado. Una burocracia que solo contribuye a que el país no avance. Ahora, ¿qué sucede si esa burocracia se replica en el sector privado? El sistema basado en el libre mercado demuestra su ineficiencia y fallas. Es en este escenario en el que analizamos: ¿quiénes manejan el sistema?

La indignación es el segundo deporte más practicado en nuestro país después del fútbol. Aquí nos indignamos por todo y por nada. La inteligencia de nuestros congresistas es tan limitada, que alimenta dicha indignación sin base.

La única forma de lograr el progreso y crecimiento es generando riqueza. ¿Quiénes la generan? Los empresarios, los inversionistas, los emprendedores. Esa generación de riqueza necesita una mano de obra para ser una realidad y sostenible. ¿Cómo le llamamos? Generación de oferta de trabajo. El trabajo, queridos lectores, es la única manera de salir de la pobreza.

Fuerza Popular es una organización política de características cuasi dinásticas, con un único líder práctico: Alberto Fujimori. Un hombre condenado por asesinato y secuestro ha cumplido dieciséis años de su condena en prisión. Ahora tiene 85 años y ha pasado por varios intentos de indulto y liberación.

¿Perú, país xenófobo? ¿Los peruanos odiamos a los extranjeros por el simple hecho de serlo? Desde que inició el éxodo de nuestros vecinos de la vinotinto, por más de cinco años hemos vivido en armonía con los casi dos millones de ciudadanos venezolanos.

Rafael López Aliaga es todo un personaje político y empresarial que ha logrado, en poco tiempo de participación pública, un puesto importante en el protagonismo político. Exitoso y orgulloso de su esfuerzo. ¿Qué empresario no es argulloso por sus logros? No culpo a López Aliaga por ello.

¿Llegará el día en el que el sexo deje de ser un tema de interés público cuando de un personaje político se trata? El morbo jamás dejará de ser un tema de interés.

Cientos de miles de venezolanos ingresaron a nuestro territorio -hace más de cinco años- con la única intención de escapar de la miseria en la que los metió el socialismo. Junto a esos migrantes que solo buscan ese derecho que el gobierno de su país les negó, que es el trabajo, llegaron también los delincuentes y extorsionadores.

La institución que debe hacer respetar las normas y saber interpretarlas es la Policía Nacional del Perú. Resulta difícil entender la racionalidad de una acción cuando nos encontramos bajo los efectos de las emociones violentas.

El tiempo pone cada cosa en su lugar. Gobiernos, empresas, políticos y los que pretenden ser dueños del mundo fueron cómplices de una obligatoria y delincuencial vacunación a nivel mundial. Fuimos pocos quienes nos negamos a permitir que otras ideas totalitarias recorten nuestro derecho universal a decidir qué ingresa y qué no en nuestro organismo.

El “fútbol peruano” dentro y fuera del país es una institución empresarial mediocre, mal administrada y desordenada. Tan parecida a la estructura social que nos gobierna y dirige. Vivimos celebrando la mediocridad futbolera dentro de un país quebrado en salud, educación y seguridad. Nos hemos permitido conformamos con nada.

La mafia política ha trazado el objetivo de desmantelar al Equipo Especial. Descuartizar poco a poco a cada uno de sus miembros durante el desarrollo de procesos decisivos, como son los juicios del Metro de Lima y contra Ollanta Humala. Sancionan al fiscal Rafael Vela Barba por una indisciplina ocurrida en el año 2020.

Nano Guerra-García fue asesinado por el sistema de salud tercermundista que sufrimos. Nos lo merecemos por escoger a políticos que nos reflejan y representan. Por escoger con las emociones sin pensar en las capacidades. Me importa demasiado poco si el excongresista salía de una mega juerga; lo que haga una persona en su vida privada no es de nuestra incumbencia.

Y defiende tu propiedad privada. Estamos hartos de generar riqueza y trabajo para luego sufrir el ataque letal de un delincuente, quien no tiene el menor reparo en asesinarnos por robar y dañar nuestro esfuerzo. Aquello por lo que hemos trabajado: nuestra propiedad privada y nuestra familia. Los micro y pequeños empresarios movemos la economía de este país extraordinario.

Los peruanos necesitamos que nos digan las cosas en nuestra “cara pelada”. Sin aspavientos, sin resquemor y sin consideraciones. Tenemos virtudes, sí; pero también estamos llenos de defectos y valores débiles que no nos permiten formar una nación fuerte y consistente. Nuestra diversidad cultural tiene dos rostros.

La única forma de cerrar bocas y desacreditar opiniones es logrando una sentencia condenatoria. Basta que el Equipo Especial lo logre en contra de los corruptos que Jorge Barata ha mencionado, para que la opinión pública entienda lo valioso y tedioso que es el trabajo de un fiscal. Y mucho más si se trata de investigar a personas con mucho poder.