Un colegio sometido a tensión legal por propasarse unos decibeles de ruido permitido. Las mentes suspicaces de inmediato pensarían: “de seguro ese colegio presta sus instalaciones en las tardes-noches a terceros para que lleven a cabo actividades deportivas y recreativas”.
Edistio Cámere
Tanto las ideologías de izquierda como las conductas inapropiadas o poco éticas han tenido un efecto reduccionista con relación a la mirada, al concepto y a la función del empresario.
Este 6 de julio se celebra el día del maestro en todo el territorio patrio. El homenaje expresado en palabras y actuaciones, que lo engalanan, manifiesta en todos sus extremos: gratitud. Las escuelas hacen un alto en sus actividades cotidianas para agradecer, junto con sus alumnos, a sus profesores. El homenaje por el día del maestro no es por algo concreto, puntual y de un valor relativo.
Dicha transición ordinariamente debería ocurrir al egresar el colegio; sin embargo, no pocas universidades con la aquiescencia del sistema educativo, “inquietan” a los jóvenes a decidirse profesionalmente, casi un semestre antes de concluir quinto de secundaria. Esta práctica desnuda tres hechos: a) en el Perú, los jóvenes concluyen la escuela con 16 o 17 años por cumplir.
“¿Por qué avanzamos tan despacio?”, increpó con forzada cortesía al conductor. “Será un accidente o los semáforos están averiados”, ensayó una respuesta “protocolar” como para darle serenidad. La respuesta no lo apartó de sus pensamientos. Con empeño y dedicación había logrado sus metas, a costa de dilatar en mucho el contacto con su padre.
La luz solar invadió la habitación. Después de una larga noche de copas, al regresar a casa, el cuerpo tambaleante no se dirige, es atraído –cual imán– a la cama, con tal determinación que ni las fuerzas ni el tiempo dan tregua para hacer cambios en la disposición de las cosas.
Entre el trabajo y el cónyuge no se puede elegir porque son categorías distintas. La elección que corresponde en el trabajo es entre redactar una carta o visitar a un cliente; en el caso del cónyuge, entre ir al cine o quedarse en casa leyendo. Lo urgente del hacer termina casi siempre desplazando a lo importante del crecer y del hacer crecer.
La última tuerca quedó ajustada. Tomó distancia, pero esta vez sin la tensión propia de una actividad, para contemplar su obra terminada. No era una obra de arte esperada ni protagónica para una galería, era solo un mueble solicitado con antelación. Sin embargo, él lo contemplaba con fruición. Su gozo era sincero. El tiempo marchaba sin pausa, aunque junto a él, su transcurrir era silente.
La integración como cultura debería germinar en el seno del mismo fondo social. Las escuelas destacan porque, con arreglo a su propia naturaleza y fines, de ellas participan niños y jóvenes (el futuro) y sus padres, quienes ocupan diversos puestos en la sociedad (el presente).
Vienen bien unas líneas acerca de la importancia de la integración familiar. De intento, tomo prestado un historieta de Quino. Miguelito pregunta: “Decíme, Mafalda, ¿antes de nacer nosotros existía realmente el mundo? ¡Mirá que sos tonto, Miguelito! ¡Claro que existía!
En su libro La pasión por la verdad, el filósofo y escritor Tomás Melendo propone la siguiente reflexión: Todos los padres estarían de acuerdo acerca de lo pesados que resultan los niños en los primeros años, cuando se empeñan en repetir: “¿qué es esto o aquello?” y “¿por qué es, y es de una u otra manera?”.
El trabajo se puede definir como una acción humana continua y metódica, que consiste en producir "algo", proporcionándole cierta perfección que antes no tenía.
La semana laboral llega a su fin. Las familias se disponen a reparar fuerzas a través de un cambio de actividad. Las opciones de descanso y entretenimiento son variadas. Lo cierto también es que, como el horario del fin de semana juega a favor, se procura cumplir con aquellas tareas que el febril y ajetreado movimiento del mundo del trabajo no permite.
Gandhi señala tres espacios vitales del cosmos, cada uno de ellos con su propio modo de ser. Lo propio del mar es el silencio; lo propio de la tierra es el grito; lo propio del cielo es el canto.
Este pasado primero de abril, se celebró el Día de la Educación en el Perú. Sin duda, educar es una valiosa pieza de arte en la que participan los padres de familia, los docentes, las escuelas, los alumnos y la sociedad. Me gustaría centrarme, por esta vez, en el quehacer docente y, a través de él, en la educación en su conjunto.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo Unigénito. Lo hizo desde el momento en que el hombre lo traiciona, lo rechaza. Pudo Dios tomarse la revancha, pudo incluso mostrarse indiferente con lo ocurrido o pudo, al extremo, repudiarlo. Sin embargo, respondió desprendiéndose de su Hijo, porque era El único que, siendo Dios al hacerse hombre, podía pagar la culpa.
Volver es un verbo que predica ritmo. Solamente cuando uno ha partido se espera que vuelva. Aunque el regresar no sea una certeza porque se puede renunciar a hacerlo, no se parte del todo, existe un "algo" que se deja y mantiene vigente el retorno. Se vuelve a la tarea encomendada, a la oficina, al amigo, al hogar y al descanso.
El camino hacia el desarrollo debe comenzar con la devolución al ciudadano de la libertad política, de la responsabilidad e iniciativa para labrar su propio y particular destino. Bajo esta óptica, el "soberano" no será más el "pueblo" sino la persona humana que, unida solidariamente a los demás, constituye la sociedad civil.