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Carlos Prado Vigil

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Creo que hemos alcanzado un límite impensado de corrupción, creo que ha sido tanto el bombardeo de información real y deplorable que, poco a poco, hemos empezado a normalizar la falta de ética en el poder, señores, entendamos que un país emprendedor por naturaleza, cuando carece de valores, es peligroso para todas las generaciones que vienen.

Llegó el día que hace mucho esperé, finalmente se anunció que las mascarillas dejarían de ser usadas obligatoriamente; algunos estarán de acuerdo conmigo, otros ya fueron absorbidos por aquello que llegamos a denominar “nueva normalidad”, sea cual sea su posición, es un anuncio importante ya que marca un hito en todo este proceso pandémico.

Es impresionante ver cómo, desde que nacemos, vamos evolucionando como personas, cómo cada vez somos menos indefensos, más expresivos, racionales y demás condiciones que nos definen como somos.

Una semana más, el tráfico igual de congestionado, las conversaciones regresaron a fútbol, política y religión, todos de nuevo preocupados por las reuniones propias del trabajo del día a día, los emprendedores buscando la consolidación de su “start up”, los empresarios pensando en llegar a fin de mes y así, todos seguimos con la cabeza dentro de la pecera.

Desde que inicié a escribir en esta columna, siempre supe que, como en todo, habrá gente que coincida conmigo como también habrán otros que no, es lo normal.

Difícilmente todos coincidiremos en tener la misma opinión sobre los hechos, por más claros que parezcan.

La noche del 4 de abril, luego de un largo pero muy satisfactorio día de trabajo, llegué a casa.

Durante casi 5 años me dediqué exclusivamente a la asesoría empresarial, principalmente en empresas familiares. Fue una excelente experiencia, de mucho aprendizaje, pero también me permitió conocer los factores que hacían que estas compañías no terminen de consolidarse como corporaciones; ¿el principal? Poner por encima sus necesidades personales que las de la propia compañía.

Este año cumplo 10 años de haber tomado la decisión de ser emprendedor, o mejor dicho, de aceptar que este es mi camino.

Desde hace ya un tiempo vengo siendo testigo de cómo grandes profesionales con una carrera dedicada a una o varias compañías (en distintos momentos) se enfrentan hoy a un creciente escenario de desempleo, reducción de sueldos y demás situaciones que los pone frente a frente con una de las mayores convicciones que han construido durante años: “El trabajar en una empresa es lo más seguro que se p

Y entramos a una nueva semana antecedida de dominicales cargados de noticias que desestabilizan; a nivel internacional, las tensiones entre grandes potencias que generan recelo para aquellos que se dedican a negocios comerciales entre Europa, América y Asia; y a nivel local continuamos por el sendero de las revelaciones cargadas de corrupción, marchas de protesta y demás relacionadas al Gobiern

En diferentes ocasiones hemos sido testigos de momentos que han pasado a nuestra historia como hechos imborrables, donde lo que sea que haya ocurrido fue de tal impacto, de trascendencia nacional o hasta anecdótico.

¿Qué hacer cuando el país entero, en todos sus estratos, es víctima constante de tus decisiones (o no decisiones) como Presidente de la República?¿ Qué hacer cuando, sin la menor decencia, se entregan deliberadamente bajo el paraguas de “cargo de confianza” los diferentes Ministerios del país a personas sin la menor preparación posible para liderar dichos cargos?¿ Qué hacer si después de tan só

Desde el momento cero de un emprendimiento, aquel momento donde empezamos a analizar la viabilidad de una idea potencialmente rentable, pasamos por una duda casi existencial, ”¿me embarco solo en este proceso o busco a un socio que se embarque conmigo?”, la mayoría de veces suena en nuestra cabeza la palabra socio cuando sentimos que tal vez necesitamos dinero extra para nuestro emprendimiento,

Entramos al mes de febrero, el alquiler de casas de playa empezó a moverse desde los últimos meses del año pasado, muchos negocios pendientes de las medidas que mantendrán vigencia por covid, en general, una tremenda expectativa por la llegada del verano.

Siendo la noche del lunes, el grado de ansiedad por el partido de mañana (Perú vs Ecuador) está por los cielos. Estamos llegando a las instancias finales de este proceso eliminatorio que repetimos cada cuatro años con el solo objetivo de estar dentro de ese privilegiado grupo humano que viajará en esta ocasión a Qatar.

Cuando analizamos nuestra situación como país, llegamos a una serie de conclusiones sobre por qué no dejamos de ser tercermundistas, por qué elegimos tan malos gobernantes, por qué siempre estamos en “vía de desarrollo”, como si fuese un camino de nunca acabar; en fin, tantas cosas que suelen tener un denominador común... la educación.

Generalmente la primera quincena del año no es muy productiva para la mayoría, muchos aprovechamos para tomar vacaciones, distraernos un poco de las labores diarias y ordenar cómo haremos negocios este año. Para esto no se distingue profesión ni años laborales, todos en nuestra situación buscamos diseñar una suerte de norte a seguir para el presente año.

Hoy es un día muy especial para mí, quisiera compartirles la llegada de mi hijo, Ricardo Aurelio, ha nacido ayer 11 de enero llenando nuestro hogar de felicidad; mi esposa y yo lo hemos esperado con todo el amor del mundo... Gracias a Dios por esta bendición y a ti, amor, por este hermoso bebé.

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