Pedro Castillo juega a la víctima mientras esparce odio con un discurso peligrosamente antidemocrático. Cuando dice, como lo hizo en Apurímac, “Somos más serranos que la papa y por eso cuando un compañero del campo hoy pisa y gobierna nos discriminan”, no solo miente sino que incita a la división y lucha entre peruanos.
Martha Meier M.Q.
El silencio de la comunidad académica frente al plagio perpetrado por Pedro Castillo y su esposa Lilia Paredes es vergonzoso.
“Creo que siempre conviene promulgar o reafirmar las leyes verdaderas, que no dejarán por ello de ser infringidas, pero dejando aquí y allá a los transgresores el sentimiento de haber obrado mal. ‘No matarás’. Toda la historia, de la que tan orgullosos nos sentimos, es una perpetua infracción a esa ley”, escribió la notable Marguerite Yourcenar en El tiempo, gran escultor. No le faltaba razón.
Vladimir Cerrón y Pedro Castillo preparan un golpe de Estado usando las propias normas constitucionales. Quieren demoler la democracia para perpetuar su proyecto comunista. Por eso impulsan una consulta popular -para convocar a una asamblea constituyente-, aprovechando las próximas elecciones municipales y regionales.
Vladimir Cerrón, presunto presidente en la sombra, culpa “directamente al gobierno de Alan García Pérez” de mandar ejecutar a su padre. Así lo afirma en entrevista con la BBC publicada bajo el titular “Queremos abolir la Constitución de Perú y desmontar el modelo neoliberal”.
Para resolver los problemas que nos aquejan se requiere un nuevo presidente y no una Constituyente. Lo que busca el aprendiz de Palacio y sus auspiciadores es lanzarnos al abismo del caos institucional.
El régimen de Castillo destruye al Perú como si quisiera hacerlo inviable, una nación fallida. Mientras tanto, la pandemia no ha terminado y una nueva ola amenaza al planeta. Antes o después orillará en nuestro país y es fácil imaginar la catástrofe sanitaria y el caos social que desencadenará.
Una niñita de apenas tres años, en realidad una bebita, fue raptada y violada en Chiclayo. Estos días se recupera de la operación para curar el daño causado por Juan Antonio Enríquez García (48), su agresor. El presidente Pedro Castillo ha propuesto la castración química para esta gentuza. ¿Por qué química y no física? Aparte, mucho más efectivo es el plomo, es decir la pena de muerte.
El cardenal Pedro Barreto Jimeno y el Psicoanalista Max Hernández Camarero se reunieron con el presidente Pedro Castillo para –según Barreto– “sea un gobierno para todos”.
La diferencia entre los bacterias patógenas y el actual régimen, es que las primeras solo pueden ser vistas bajo el microscopio. En todo lo demás el cerrón-castillismo se comporta igual que los agentes infecciosos capaces de enfermarnos y matarnos.
La mediocridad apocalíptica del régimen de Pedro Castillo hace el diario vivir más difícil, mientras los precios se disparan. A falta de propuestas le sobra soberbia. Nuestro país está en manos de una morralla de prontuariados, senderófilos, simpatizantes de narcoterroristas e ignorantes.
Las protestas de los transportistas y agricultores en Huancayo contra Pedro Castillo avivaron otras manifestaciones en diferentes puntos del país. La insatisfacción es general, pero hay que ser realistas, tanto laberinto se vincula más al alza de precios y a necesidades no atendidas que al prontuario de los ministros, o a las cuchipandas del entorno palaciego.
El analista Juan Sheput escribe en el portal ‘El Montonero’: “Alberto Fujimori ha cometido delitos, es cierto. Pero ha sido indultado por Pedro Pablo Kuzcynski, y esa es una atribución constitucional. El Perú tiene derecho a hacer respetar sus decisiones soberanas. Estamos siendo testigos de un ensañamiento ante el cual es preciso levantar la voz.
Vladimir Cerrón afirma que en el Congreso no se han reunido los 87 votos necesarios para vacar al Presidente. El engreído del castro-chavismo tiene fuentes confiables que serían los agentes del G2 en nuestro país.
Francisco Sagasti reapareció, y ha sido solo después de que la zurda caviar perdió todo espacio de poder y posibilidad de lucrar del Estado. Tras siete meses del arribo de Pedro Castillo al poder, el señor de los pañuelos acaba de percatarse de la incapacidad y corrupción del gobierno, y propone recortar el período presidencial y congresal para convocar a nuevas elecciones.
El abogado Félix Inocente Chero Medina juramentó como nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos. Fuentes altamente confiables revelaron a esta columnista que iba para director del Instituto Nacional Penitenciario, INPE, pero no reunía los requisitos necesarios. Así, al incapaz para velar por las cárceles se le reubicó en Justicia.
El Tribunal Constitucional, TC, ratificó el indulto otorgado por el expresidente Kuczynski, al presidente Alberto Fujimori. Bastó esto para que caiga la máscara de moderación del actual régimen filosenderista. El gallinero se alborotó demasiado y así supimos las intenciones escondidas bajo el fustán rojo del Gobierno.
Con el Ministerio Público solo hay dos posibilidades: es espeluznantemente incompetente o coordina sus acciones con Castillo y los suyos.