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Luis Otoya Trelles

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El controvertido y cuestionado gesto de los legisladores de la oposición de proponer una tregua, ha servido para demostrar que el gobierno de Pedro Castillo no tiene intenciones de conciliar. Sólo busca confrontar y enfrentar al Congreso hasta cerrarlo.

El Perú es un circo que la prensa internacional ha puesto en evidencia y ahora es “famoso” en todo el mundo.

El silencio de Pedro Castillo nos llenaba de dudas, pero ahora, después de difundirse sus entrevistas, especialmente la que sostuvo con Fernando del Rincón, nos queda la certeza de su ineptitud y la preocupación por sus limitaciones, las que son imposibles de aceptar frente a la magnitud de su mandato y la irresponsabilidad que continúe conduciendo, sin estar capacitado, el futuro de millones d

La administración de justicia, tan desprestigiada en nuestro país, ha sido puesta al descubierto, una vez más, por un descarado blindaje, a Pedro Castillo, ante las denuncias que lo involucrarían en presuntos delitos de corrupción.

Los protagonistas, esta vez, han sido la fiscal de la Nación, el ministro de Justicia y el procurador general del Estado.

Nuestro país navega a la deriva, sin rumbo, por culpa de un mandatario cuestionado por su ineptitud para gobernar y su poca habilidad para escuchar a quienes puedan darle consejo oportuno para ayudarlo a enfrentar el reto para el que nunca estuvo preparado.

Los últimos dos años han sido terribles para los peruanos. Hemos pasado, de la nueva normalidad que nos impuso la pandemia, a vivir la nueva anormalidad que ha implantado Pedro Castillo desde que fue elegido por la voluntad del pueblo y el respaldo de un perverso grupo que, motivado por su odio, lo llevó a palacio de gobierno.

La mitad de peruanos no votamos por Pedro Castillo y muchos aún seguimos creyendo que nos lo impusieron. Sólo dejaremos de dudarlo cuando los órganos de justicia, liderados por personas con solvencia moral, se encarguen de investigar la verdad. Si esta determinara que hubo responsables, sanciónenlos como corresponda.

En los 80, el inolvidable humorista Alex Valle caracterizaba en ‘Risas y Salsa’ al poderoso “doctor Chantada”, un personaje de ficción que con sólo una llamada conseguía “todo” para sus recomendados en la administración pública.

Mañana Pedro Castillo cumple cien días de su mandato. En tan corto tiempo las dos terceras partes de los peruanos consideran que su situación económica ha empeorado.

No podemos enfrentar al comunismo siendo tibios e indiferentes. Si somos tolerantes, permisivos y no cambiamos de actitud, en pocos meses se impondrá la prepotencia, la mediocridad y la subversión se perpetuará en el poder.

Los peruanos durante décadas hemos enfrentado la adversidad. En las épocas más difíciles hemos dado muestra de saber sobreponernos y salir adelante.

Han pasado setenta días desde que un nuevo gobierno asumió la conducción de nuestro país. En este lapso hemos sido testigos de innumerables enfrentamientos internos que por momentos nos hicieron dudar: ¿quién realmente gobierna?, ¿cuánto daño podían ocasionar?, ¿hasta cuándo lo permitiremos?

Los políticos para ocultar su posición sobre temas controvertidos, utilizan interlocutores que sobre lo mismo opinan diferente “para quedar bien con Dios y con el diablo”. Quién no recuerda la “escopeta de dos cañones” del Apra o el “doble rasero” de los que hablan en rojo y votan en verde.

Habiendo pasado doce días de la presentación del premier en el Congreso, vemos a un gobernante que con terquedad sigue imponiéndonos a cuestionados ministros en su gabinete. Sería preferible pensar que lo hace por prepotencia y no por complicidad. Parece haber llegado al Gobierno teniendo compromisos pendientes con personajes que aparentan tener un enorme “rabo de paja”.

Entre rumores y una profunda crisis política mañana se presentaría ante el pleno del Congreso el gabinete Bellido para solicitar el voto de confianza.

Me niego a llamar presidente o presidente electo a quien han proclamado ganador de las elecciones y recientemente gobierna nuestro país. Respeto a quienes discrepen conmigo. Para mí, el señor Castillo es sólo un presidente designado por los organismos electorales que, mostrando mucha prepotencia y poca transparencia, ningunearon la voluntad del pueblo.

En el día que los peruanos celebramos el bicentenario de nuestra era republicana se inicia en nuestro país un nuevo gobierno liderado por Pedro Castillo Terrones.

El respeto en nuestro país es una palabra que sólo existe en el diccionario. Pareciera que vivimos en una jungla dominada por la ley del lagarto, que no respeta nada y abusa harto.

Para el Gobierno y una parte importante de la prensa parece que la palabra FRAUDE es tabú. Nadie puede siquiera pronunciarla sin exponerse a ser inmediatamente criticado. La sensibilidad parece estar a flor de piel en quienes, ante la mínima insinuación, reaccionan exaltados por considerarla una conducta inaceptable en un proceso autocalificado como “limpio y transparente”.

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