Una nueva jornada empieza con el ingreso al centro laboral. Juan debería estar a las 8:30 a. m. en su puesto de trabajo. Minutos antes, activa al máximo sus pasos. Su rostro refleja tensión y cierta zozobra: el acto de “marcar la tarjeta” se hace inminente.
Edistio Cámere
En el contexto que reviste al “texto” del inicio del año escolar se pueden identificar tres posiciones: La escuela es la llamada a formar ciudadanos para el futuro. Otra evidenciaría las falencias que adornan a nuestra educación en materia de logros académicos, brechas de infraestructura, calidad educativa cuestionable y ausencia de profesionalidad en los docentes.
La relación escuela-familia fluye dentro de los cauces de una sana complementariedad en la medida que la primera no ‘escolarice’ a la familia y ésta no intente ‘familiarizarla’. Lo prudente es que ambas instituciones se relacionen con el propósito de aportar desde su expertise –racional y afectivo– en la mejora personal del hijo, en cuanto estudiante.
El día comenzaba a clarear. Los furtivos y tenues rayos solares que ingresaban y se recibían con supina indiferencia, esta vez eran esperados con gran expectativa. Su papá le había prometido ir mar adentro para pescar.
Activar el querer de un estudiante no se alcanza siguiendo a pie juntillas un manual de instrucciones, menos reproduciendo mecánicamente una estrategia. Al contrario, se requiere de una docencia que tenga de arte, de vocación y mucho de virtud. De arte porque a través de operaciones educativas se ayuda al alumno a crecer como persona.
El pasado diciembre, la Asociación de Colegios Particulares Amigos (ADECOPA) celebró sus bodas de plata fundacionales. El tiempo “no pasa”, acompaña el andar de las instituciones. Cada aniversario lo confirma. Los actores mudan, pero la continuidad anclada en las políticas y en la vida institucional de cada escuela asociada se mantiene vigorosa y vigente.
La falta de previsión y la congestión vehicular le jugaron una mala pasada. Condujo a velocidad de la ciudad de los reyes… ingente número de automóviles, cada cual desplazándose al compás del propio aire de su vela; el sembrado de “rompemuelles” a distancias y ubicaciones insólitas; y, el azaroso funcionamiento de los semáforos. Su parsimonioso avance le generaba tensión.
La comisión de Trabajo del Congreso aprobó por unanimidad ampliar a 15 días la licencia por maternidad a los padres.
Hoy en día han aparecido patrones sociales que relacionan el éxito con el tener un estilo de vida que exteriorice signos reconocidos socialmente como de ‘moda’ o ‘modernos’. En la connotación del ‘éxito’ influyen productos cuya repetida aparición en los medios ofrecen –como consecuencia de su adquisición– una suerte de ‘nivel’ que no se alcanzaría de otro modo.
Lo divertido no es el proceso de escalar una montaña o pico nevado. Hacerlo supone constante tensión para evitar resbalarse al subir; para contrarrestar el embate del viento que azota en sentido contrario; para parapetarse oportunamente ante el frío que “quema”; para mantenerse calmo ante un intempestivo desprendimiento de hielo o piedras, y un largo etcétera.
Habitualmente, en las relaciones sociales, familiares, amicales y laborales somos sujetos de detalles, gestos y consideraciones que trascienden largamente las meras convenciones inscritas en los roles desempeñados en esos ámbitos. Me apetece un café. Ingreso a un establecimiento, con destino a la caja para cancelar.
Las encuestas suelen recoger calificaciones acerca de la performance del gobierno central. Los últimos resultados no lo han dejado bien parado. No podía ser de otra manera, pues el actual es continuidad de la errática y controvertida gestión del anterior presidente.
Los buenos deseos para el año 2024 son moneda corriente en estos días. La oferta de una pluralidad de posibilidades que se inaugurarán los siguientes 365 días genera expectativa e ilusión. En el fondo, en cada fin y comienzo de año, se renueva o, mejor, emerge el anhelo por ser felices. La búsqueda de la dicha, de la plenitud, desde muy larga data, ha jalonado los actos y acciones humanas.
“No avanzamos hace minutos. ¡Qué tráfico éste! Fíjate qué dice el waze”. Responde el otro: “Toda Lima se pone así en vísperas de la Navidad –hace una breve pausa y continúa–, ¿por qué dejaremos las compras para el último momento?”. El silencio se hace notar en el automóvil, por fin en movimiento.
Un día cualquiera apareció en mi bandeja de entrada: “ofrecemos actividades como masajes en oficina, clases de yoga, clases de baile (…) bienestar integral personalizado en apoyo al logro de los objetivos de la empresa”. ¿Tomar esos servicios contribuye al logro de los objetivos de esa empresa? O ¿será que se refiere a los propios una vez cerrada la transacción?
Revuelo en el poder judicial: el poder ejecutivo sin arraigo ni norte definido; el poder legislativo dando tumbos en sus funciones de control y ordenamiento legal; y, el poder mediático –cuarto poder– tomando partido a la par que oscurece aquello que no sintoniza con su línea editorial.
El hombre es un ser que parlamenta, piensa, escucha y se pone de acuerdo. Con todo el antagonismo, los conflictos y las imposiciones como hierba mala ahogan y marchitan esas condiciones. ¿Qué está ocurriendo? Muchos factores se pueden señalar como causantes. Sin embargo, me gustaría centrarme en uno: el subjetivismo, que se caracteriza porque no admite otra realidad que la del sujeto pensante.
Leía el informe de educación del pasado mes de agosto, elaborado por el Instituto de Investigación para el Desarrollo y la Defensa Nacional (INIDEN) y firmado por Don Hugo Díaz, y captó poderosamente mi atención el comportamiento de la matrícula universitaria en el año 2021, en la pública alcanzó los 317,000 estudiantes; mientras que la privada ascendió a 932,000 alumnos matriculados.