Es increíble la capacidad que tenemos los peruanos de leer de manera separada la realidad política y macroeconómica que vivimos, versus lo que es nuestro día a día laboral y social; renegamos y nos frustramos frente al televisor o a los diferentes medios de comunicación, sin embargo seguimos remando a diario en nuestras propias actividades.
Carlos Prado Vigil
Cuando tengamos la oportunidad, debemos darnos el espacio de analizar factores que, si bien nos rodean y de manera macro definen todo lo que hacemos, en el día a día no miramos.
Con el tiempo en contra, las miradas encima, una tensión inmanejable y un camino cada vez más accidentado, el panorama del Ejecutivo se pone más desolador. Poniendo de lado cualquier apasionamiento político, debemos tener la capacidad de centrarnos en los hechos.
Cada vez que hay situaciones polémicas, vamos a tener personas con opiniones enfrentadas, esto pasa en todo tipo de escenarios, pero más en aquellos donde hay una cuota alta de pasión, baja objetividad e impacto tangible menor o nulo; por ejemplo, religión, deportes y opiniones sobre hechos de terceros en general; podemos tener posturas enfrentadas, pero genuinamente, el resultado de lo que suc
Esta última semana ha estado cargada de hechos pintorescos en nuestro decadente escenario político; es más que evidente que ya no da para más, y no es necesario ser de derecha, de izquierda o de cualquier postura política alterna, debemos ser capaces de entender y aceptar que esto no da para más.
Con el paso de los años y la evolución de los canales comerciales, vemos que el nivel de competencia es cada vez más alto y menos “equitativo”, la apertura de la oferta a todo nivel pone a disposición de los consumidores una variedad muy alta de productos y servicios generando hasta confusión entre marcas con lo que ofrecen; esto es algo muy común en mercados de gran oferta, lo importante es id
Pasada las fiestas patrias, empieza el conteo regresivo para culminar el año, esto nos debe llevar a tomar medidas que nos ayuden a lograr los mejores resultados posibles en nuestros respectivos negocios.
A estas horas ya es una realidad que el señor Bruno Pacheco, quien fue capturado el fin de semana pasado, ha declarado ante la Fiscalía todo y más de lo que ya veníamos escuchando de otros dos angelitos, Karelim y Zamir; dando así pruebas irrefutables de los actos delictivos en los que lamentablemente tenemos como protagonista al Presidente de nuestro país.
En este espacio suelo compartir con ustedes mi postura sobre diferentes situaciones vinculadas a lo político y a lo empresarial, a cómo estamos a nivel país y por dónde debemos caminar, o cómo afrontar diferentes escenarios empresariales, tanto por coyuntura como por tendencia o mejoras a considerar; pero algo que no he tenido al momento es un ejemplo vivencial tan real como el que hoy vengo a
En momentos de crisis mundial, cuando las proyecciones de nuestra normalidad se ven amenazadas, es cuando debemos poner mayor atención a los beneficios que tenemos de ser un país tercermundista.
Una semana más, señores, cada vez más complicados, con el combustible por los cielos, la inflación creciendo día a día, todos pendientes de los noticieros para seguir indignándonos con cada hallazgo de corrupción y demás noticias que, lejos de darnos alguna luz, nos recuerdan diariamente la pésima decisión que tomamos como país al admitir a personas INCOMPETENTES como candidatos.
Siempre es importante que en un país se logre un consenso social sobre aquello que queremos como condiciones sociales y económicas para vivir; esto es casi una utopía hace varias décadas en nuestro país, es por ello que ya no sorprende tener enfrentamientos diametrales entre miembros del Congreso y, peor aún, la población en general.
Usualmente cuando vimos a sentimos inestabilidad por parte del mercado o gobierno en curso lo primero que viene a nuestra cabeza es que debemos “guardar pan para mayo”, que no es el momento de arriesgar, o que mientras menos gastemos, es mejor.
Cuando empezamos nuestro día, estamos rodeados de actividades que ya tienen un orden prioritario, nuestro trabajo, nuestra familia, asuntos personales que nos planificamos en resolver; y por más positivo o negativo que sea lo que pase en nuestro país o en el mundo, siempre les prestaremos atención después de haber resuelto nuestras prioridades.
A pocas semanas de completar el primer año de gobierno de nuestro presidente, con algunos meses de “retomar” actividades post pandemia y encima, sufriendo los daños colaterales de una guerra que inevitablemente nos afecta, vemos cómo cada día el panorama económico se ve drásticamente afectado en la mayoría de las actividades que realizamos.
La infancia de todos nosotros tiene muchos signos que nos quedarán grabados a todos en la Otra Vida. Por ejemplo, cómo olvidar la corneta de D’onofrio cada vez que pasaban por nuestras puertas los carritos heladeros, cómo olvidar esas innumerables propagandas donde diariamente se promovían diferentes servicios y productos relacionados con el verano.
Cuando evaluamos la decisión sobre qué caminos podemos seguir para construir nuestra economía, encontramos una serie de alternativas con escenarios muy prometedores, tanto así que nos hacen mirar con desprecio otros caminos “menos rentables”.
Durante años como asesor de empresas enfrentaba situaciones similares en cada una de las consultorías que me tocaba realizar; a pesar de que se trataba de industrias muy distintas entre sí, los retos que enfrentaban eran muy similares, siempre giraban en torno a temas de gestión de personal (cómo organizar a sus equipos, perfil correcto para cada puesto, relaciones entre los trabajadores, evalu