La formación es definida como un proceso de perfeccionamiento de las facultades humanas: la inteligencia y la voluntad, con el objeto de que el alumno se oriente a la búsqueda de la verdad y se autodetermine hacia el bien mediante el ejercicio correcto de su libertad.
Edistio Cámere
No existe una manera fácil o rápida de hacer nuestro pollo; solo la manera bien hecha. Desconozco si dicha frase es un principio fundacional o un lema. No es tampoco mi intención abundar ni tomar posición respecto a las cualidades del producto ofrecido.
Instrucción y cultura suelen entenderse como sinónimos: “conjunto de conocimientos”; lo propio ocurre en todos sus alcances prácticos. En los tiempos que corren, la instrucción está palmariamente extendida. Los medios de comunicación difunden datos y sucesos que en mucho exceden de los necesarios para mantener al ciudadano al corriente del acontecer nacional y mundial.
En la décimo primera conferencia anual de directores de escuelas del Perú (CADEP 2024), organizada por la Asociación de Colegios Particulares Amigos (ADECOPA), suelen participar un significativo número de gestores y decisores educativos, quienes tienen la potestad de convertir en políticas, para el siguiente período lectivo, algunas de las conclusiones a las que arriban, gracias al aporte de ex
El Sindicato Único de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP), luego de una “intensa y sesuda” reunión con el ministro del ramo, decidió levantar la huelga que, estratégicamente, iniciaron por algunas regiones y cuya meta final era escalarla a todo el territorio nacional.
El sonido del timbre –agudo y prolongado– es un gran comunicador en la escuela. Al escucharlo, el estudiante y el docente distinguen con claridad meridiana el inicio o término de una actividad. Los timbres más esperados son los que convocan al recreo, momento en que unos juegan y otros comparten vivencias en compañía de una aromática taza de café.
Educar para la incertidumbre susurra más a titular de primera plana o eslogan de un programa que a propósito educativo. En efecto, por más sugestivo que suene en el presente, los motivos que la animan se alimentan en una percepción pesimista y poco esperanzadora del futuro, que finalmente termina contagiando a quienes se pretende educar para que distingan, acepten y gestionen.
Revisando el libro añejo titulado La educación del hijo (1941) de Constancio C. Vigil, me encontré con este breve episodio que me gustaría compartir y comentar.
Los titulares, las noticias, las encuestas y hasta las conversaciones entre amigos y conocidos coinciden en lo que hasta ahora es un dato palpable: lo débil y errático del actual gobierno del Perú. Errático porque exhibe desorientación.
Según un artículo firmado por José Cueto y publicado los primeros días de este mes en la BBC Mundo, en Colombia se han cerrado casi 750 colegios privados en el último año y medio. ¿El alto número de escuelas cerradas puede leerse como una suerte de tendencia? ¿Cuál o cuáles han sido las razones para llegar a ese extremo? ¿Llegará al Perú?
A contrapelo de los informes que evalúan la educación a nivel nacional y que suelen presentar conclusiones desoladoras, el pasado día 4 de los corrientes tuve la gran oportunidad de hacer un alto en el camino para inhalar una suerte de bocanada de aire puro, asistiendo al sencillo pero significativo homenaje a un gran educador: Dr. Eduardo Palomino Thompson. Fue una velada entrañable.
Los colegios no compiten, se diferencian. Al director le cabe la responsabilidad de perfilar, de dar a conocer –hacia afuera– lo que distingue a su escuela, de manera que pueda atraer a nuevos prospectos.
Educar para la complacencia es un estilo que percibe al alumno como ‘cliente’; por tanto, se le debe dar la razón para contentarlo y anticiparse a sus deseos para satisfacerlos. Sin embargo, siendo preciso, diré que esa frase antojadiza no debería aplicarse a la educación. Más que transacción, aquella es una relación.
Después de haber estado en casa de sus padres de vacaciones y festejando su graduación, un piloto de guerra es llamado a presentarse a su base para recibir una misión. Al momento de despedirse, su madre le aconseja: “Hijo mío, ten mucho cuidado, vuela bajito”. No es sorna, es un cuento que introduce una paradoja. El riesgo de un accidente es mayor cuanto más cerca de la tierra vuele un avión.
Este 26 de agosto, se celebra, en nuestra patria, el Día del Abuelo. Los homenajes universales ponen en valor la figura y el rol de un actor social. El abuelo, papapa, nono... de estos tiempos tiene mejor salud y condiciones físicas que el de antaño.
Llegué minutos antes de que comenzara una actuación en una escuela. Días antes, mi hija me puso al corriente: su hijo pequeño entonaría una canción ante el público. Ella se distrajo por un instante, mientras que a mí una efervescente emoción me recorría el cuerpo.
El retorno a casa solía hacerlo de pie, cerca de la puerta trasera del ómnibus. Tenía poco margen de maniobra para leer o echar una pestaña. Esta vez, no solamente las estrellas centelleaban con ritmo, sino que pude estar sentado hasta llegar a mi destino. En el asiento anterior viajaba un joven que rondaría los 20 años y, a su costado, un adulto mayor que parecía ser su abuelo.