Se supone que los congresistas de la oposición son conscientes de la responsabilidad que recae sobre sus espaldas. No se trata de jugar a la casita ya instalados en alguna curul o sentados en una comisión legislativa. Los parlamentarios están allí porque se presentaron como candidatos para que el pueblo elija a los que considerase mejores, sin que aquello fuese necesariamente así.
Luis García Miró Elguera
La izquierda procura vengarse de las Fuerzas Armadas. Y sin duda, de todo aquel que batalló de una u otra manera contra el terrorismo.
El interés del gobierno de Castillo va a contrapelo de la expectativa de la sociedad. El primero utiliza su dudosa captura del poder –concedida por un complaciente JNE, presidido por un comunista como el actual mandatario- para instalar en nuestro país la dictadura comunista asociada al senderismo.
Una atroz falta de lideres capacitados empuja a nuestro país al caos. Esa carencia la saben aprovechar los progre, caviares, rosaditos, moraditos, o como quiera llamársele a esa manga de zafios que ha diezmado nuestro país.
Comparemos situaciones reales con la vecindad. ¡Básicamente, contrastemos el daño que ha producido la pandemia Covid al Perú respecto a lo sucedido en Chile!
¡Al menos 50% de los peruanos votaron CONTRA el comunismo! En consecuencia, no están obligados a obedecer a un régimen totalitario, como aquel que preside Castillo, ni menos a sostenerlo pagándole impuestos para que diezme nuestra calidad de vida y confisque nuestro patrimonio.
Doce días atrás el miserable asesino de policías Héctor Béjar –terrorista ex guerrillero- encolerizó al país con declaraciones que muestran su indeleble formación extremista.
Esta bicefalia en las alturas del poder comunista no es casual. Y mucho menos, cierta. Forma parte de la vieja táctica soviética de hacerle creer al público que en el régimen existe un sector de gente buena y otro de jerarcas malos. Falso. ¡Son la misma cosa! Cerrón y Castillo vienen practicándolo exitosamente desde la segunda vuelta electoral.
El impresentable politiquero leninista Evo Morales (una de las caras visibles del Foro de Sao Paulo, edecán de esa feroz dictadura cubana y monigote del tirano Maduro) visita el Perú por segunda vez, en sólo dos semanas, con premeditada intencionalidad ideológica.
Que una camarilla comunista se introduzca al Estado por la ventana –vía un proceso electoral francamente cuestionado– con la pretensión de secuestrar a 32 millones de peruanos, de los cuales la gran mayoría aborrece al comunismo, revela de por sí que se trata de una aventura sádica, aunque probablemente fallida. Los rojos bregarán por atornillarse al poder.
La serie de desatinos, por parte de la presidenta del Congreso, finalmente provocó lo que se veía venir: una grosera afrenta contra el Legislativo, el primer poder del Estado, lanzada nada menos que por quien ejerce la presidencia del Ejecutivo.
¡Y dale con la tontería, señora Alva! ¿Es usted consciente de que su partido exigió que la designen presidenta del poder Legislativo de un país en crisis, cuyo poder Ejecutivo ha sido secuestrado por el comunismo transnacional?
Mientras en julio el país esperaba celebrar 200 años de Independencia, la ciudadanía sucumbía ante las miasmas del peor caos socioeconómico, sanitario político y laboral que registre su historia republicana.
¿Acción Popular le hace el juego al comunismo? ¿A esto se debería tanta amabilidad de la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, rogándole por la televisión al presidente Castillo para que convoque al Consejo de Estado como solución a la crisis? ¿Qué le pasa a esta señora? ¿Cree que está en Suiza?
Según el portal Libertad Digital, Gonzalo Ortiz de Zevallos –el abogado que lidera el proceso judicial en marcha denunciado el fraude electoral– considera que Castillo ya “ha incurrido, comprobadamente, en el delito de traición a la patria, recogido por el Código de Justicia Militar” y, en consecuencia, es pasible de ser vacado de la jefatura del Estado.
El diario español El País publicó hace días que Castillo eligió Ayacucho para llevar a cabo su primera “decisión” como presidente.
Cómo será de extrema la maldición que embarga al país, que la gente olvida, perdona o lo que fuere a quienes dieron origen al tormento que hoy vive el Perú. Nos referimos al miserable Vizcarra y a los pervertidos caviares. Toda sociedad debe responsabilizar y castigar a quienes le causan estragos. Esto no aplica para el peruano. Acá impera la displicencia, indiferencia y amnesia.
¡EXPRESO está en la mira del régimen comunista! No es novedad. Los rojos detestan a la prensa libre. ¿La razón? Les impide operar soterrados, agazapados, trapichando todo el día a fin de conseguir lo que persiguen para atornillarse para siempre al poder. Pero el periodismo tiene otra misión. ¡Y EXPRESO la enarbola a tope!